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Actualidad

03 Diciembre 2020

75 números de OP Machinery

Revista OP Machinery Nueve años de andadura.

Con este ejemplar de noviembre-diciembre que tiene el lector en sus manos –ante sus ojos, en el modo digital– cumplimos 75 números de «OP Machinery», desde los comienzos en la primavera de 2012, y entramos en 2021 rumbo al décimo aniversario de nuestra aparición en el mercado. Considerando los antecedentes del 2020, que en buena hora termina, el ejercicio que está a las puertas llega cargado de incertidumbre y temor porque estamos muy lejos de atisbar el alcance del desastre sanitario y social ocasionado por la pandemia del coronavirus y las repercusiones de la consecuente crisis económica, que ya está siendo demoledora en muchos sectores. Si la anterior nos costó superarla una década, la presente, sumidos como estamos en la depresión y no en un estado de alarma sino en un estado alarmante, es mejor no pensarlo. Malos tiempos para un aniversario. Siendo sinceros, planeamos en un principio obviar esta efeméride a favor de una mejor celebración con ocasión del redondo y señero número 100, que al ritmo actual habría de llegar dentro de tres años, pero tal y como se ha puesto de negro el horizonte a raíz de la peste del virus, a la que se añade otro castigo bíblico en forma de Gobierno manifiestamente mejorable, hemos creído conveniente no dejar pasar la ocasión porque a lo mejor no hay otra. Más vale 75 pájaros en mano que ciento volando.

PRIMITIVO FAJARDO

Nació la revista OP MACHINERY en la primavera de 2012, con los peores augurios por delante tras el terrible año 2011, punto álgido del desastre económico de 2008 y el peor sin duda de toda la serie de una crisis que ha durado hasta que le ha tomado el relevo en esta carrera hacia el desastre la pandemia del coronavirus. A pesar –y por encima– de todo, tras una apasionante y vertiginosa andadura de casi una década por la compleja y densa jungla de la maquinaria de nuestro sector, hemos llegado hasta aquí. ¡Quién lo habría de decir...!

Cierto es que diez años no es nada. O son pocos o muchos, según se mire. A mí me han parecido una eternidad vivida a la velocidad del rayo –valga el remedo de oxímoron–, con el mundo estrenándose cada mañana, y no puedo mirarlos con otros ojos que no sean los del amor. Y con esa mirada bovina nunca pueden ser muchos, si acaso tortuosos, difíciles también, y a veces duros, pero sobre todo felices. Los cuatro gatos que hacemos la revista nos hemos dejado en el empeño unos buenos años de nuestra vida, pero haciendo balance –si acaso somero– de la experiencia vivida y “sufrida”, la conclusión no puede ser otra que todo el esfuerzo ha merecido la pena.

Echando ahora la vista atrás, los recuerdos de aquel nacimiento son emocionantes, así como el agradecimiento a quienes nos dieron el primer empujón. Recuerdo haber sometido la lista de posibles nombres para la cabecera al buen consejo de unos cuantos amigos periodistas. Se llevó la palma Ricardo J. Hernández, actual director de la revista Cuadernos de Logística, al que me unen además lazos castrenses, pues hicimos la “mili” juntos hace una dictadura, cuarenta años nada menos. Ricardo apostó por OP MACHINERY argumentando con solidez un criterio que triunfó sobre los demás entre la pléyade de logotipos propuestos, que yo mismo diseñé en el ordenador.

También apostó por ocupar la primera portada que saldría al mercado Fernando López Velasco, el entonces director general de Komatsu España, que lo sigue siendo hoy. Fernando y su equipo directivo nos mostraron su afecto ciego por el proyecto y eso no lo hemos olvidado nunca.

Como tampoco olvidamos a ninguno de los gerentes de marcas refulgentes y distribuidores importantes de nuestro sector que nos dieron su apoyo entonces y lo han seguido haciendo durante esta densa y compleja década. No los voy a nombrar aquí para no correr el riesgo de dejarme alguno en el tintero. Sería una injusticia como pago a tanta bondad y generosidad como han demostrado hacia nosotros. Lo mismo que Feria de Zaragoza, cuyo apoyo incondicional he de personalizar en el presidente del Comité Organizador del certamen Smopyc, Stoian Markov, director general de Hidromek West. O las asociaciones sectoriales que nos han dado su bendición a cada paso, como Anmopyc, cuya gerencia rige con acierto Jorge Cuartero.

Y qué decir de nuestro primer suscriptor de pago... Acabábamos de anunciar la salida al mercado y Jorge Artes Giusti se personó en la redacción con un cheque en la mano: “Quiero ser el primero”, dijo. Jorge había sido director general de Case y New Holland y, ya retirado del sector, ejercía de abogado en su propio bufete. La alegría que nos dio fue inmensa, y pasmados y conmovidos nos dejó con su cariñosa iniciativa.

Cogito ergo sum, que dijo Descartes. Luego, soy feliz. Y esta felicidad, que alcanza límites insospechados al traspasar la meta volante del número 75, se la debo, se la debemos mi compañera Marisa Fraile y yo, a los que hacen posible que esta revista exista, a los que damos las gracias de corazón: a nuestros lectores y anunciantes, a los que nunca podremos recompensar lo suficiente, ni clavados de hinojos durante otra década, lo que ellos –ustedes–, con su cariño y su complicidad, nos han dado. A nuestros colaboradores por su altruismo ilustrando estas páginas con tanto talento: Salvador Maturana, Roberto García Ovejero, José María Pozas y Esteban Langa, los más asiduos y fieles; también a los que esporádicamente, mes a mes, han contribuido a ilustrarlas. Finalmente, al artífice de transferir al papel, vía el invento de Gutenberg, la magia creada en nuestros ordenadores: el impresor Luis Miguel Calderón.

Esta singladura por las procelosas aguas editoriales continúa. Nuestros lectores, sus intereses, dudas y deseos son los nuestros, y a ello nos seguiremos aplicando en este décimo año de travesía que ahora comienza. Muchas gracias a todos por creer en unos pocos.