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Actualidad

31 Marzo 2024

Informe económico anual de CECE

Informe CECESe espera un suave descenso de la economía mundial en 2024-2025

La medición mensual que se hace del mercado a través del «Barómetro Empresarial CECE», elaborado por el Comité Europeo de Maquinaria de Construcción, ha concluido con cifras negativas durante 2023. En términos de rendimiento económico, el año pasado se dividió en dos semestres diferentes con tendencias divergentes. Una estabilidad sustancial en la primera mitad y un descenso visible desde el verano hasta el final del año. Aunque lo que se materializó en conjunto no puede definirse como un ejercicio positivo, tampoco ha resultado alarmante, aún viniendo de las cifras positivas de finales de 2022. Lo malo es que la tendencia es pesimista. Las carteras de pedidos andan escasas, los planes de empleo confirman los retos industriales para las empresas miembros y las previsiones de ventas son negativas para 2024. Es difícil hacer una previsión precisa para el presente año, pero las conclusiones sobre el mercado de equipos de este informe proporcionan algunos datos relevantes sobre el mismo para que las empresas y organismos del sector reflexionen al respecto.

El informe que ha elaborado CECE este mes de marzo y ha puesto en conocimiento del mercado, respaldado por su secretario general, Riccardo Viaggi, contiene un análisis en profundidad de la situación de la economía en Europa, información sobre los principales sectores y un enfoque sustancial puesto en las ventas de maquinaria y equipos. Según el responsable de CECE, los precios del gas natural y del petróleo se han moderado y han evitado los escenarios de recesión menos favorables temidos a finales de 2022, y la Eurozona sigue afectada económicamente por las consecuencias de la guerra en Ucrania. El crecimiento en la Eurozona, de aproximadamente un 0,5% en 2023, se ha quedado muy por detrás del observado en Estados Unidos. Mientras que las decisiones de las empresas en materia de inversión y empleo han seguido siendo positivas, el consumo de los hogares se ha ralentizado considerablemente debido al repunte de la inflación.

A ello ha contribuido también el hecho de que los hogares europeos hayan optado por mantener altas tasas de ahorro. Las exportaciones registraron unos resultados decepcionantes el año pasado, reflejados en una caída de la producción manufacturera del 6,9%. Con la subida de los precios de la energía y la incertidumbre sobre su evolución futura, la competitividad de los precios de la zona euro se ha deteriorado considerablemente. Esto es evidente cuando se hacen comparaciones con Estados Unidos y, lo que es más importante, con las economías asiáticas, que han experimentado crecimientos notables gracias a la combinación de la ausencia de aumentos inflacionistas con una depreciación de sus monedas.

A escala mundial, con un crecimiento estable y sin presiones inflacionistas, la probabilidad de una desaceleración brusca ha disminuido notablemente, ya que los factores que influyen en el crecimiento están en general equilibrados. Sin embargo, entre China, Estados Unidos y la zona euro han surgido divergencias significativas tanto en términos de inflación como de crecimiento económico. Por ello, preocupa la capacidad de Europa para sumarse a la actividad inversora que lideran Estados Unidos y China.

Según el FMI, se espera que la zona euro crezca un 0,9% en 2024, frente al 3,3% de 2022 y el 0,5% del año pasado. Al contrario que muchas economías, la zona del euro no ha experimentado un crecimiento económico más fuerte de lo esperado. El crecimiento ha sido moderado en la zona del euro, lo que refleja la débil confianza de los consumidores, los efectos persistentes de los altos precios de la energía y la debilidad de la industria manufacturera y la inversión empresarial, que son sensibles a los niveles de los tipos de interés.

Ante los mismos problemas, los consumidores estadounidenses y europeos han tomado decisiones diferentes. En cuanto a los niveles de inversión, Estados Unidos se embarcó en importantes aumentos de inversión industrial, mientras que China reasignó los créditos bancarios del sector inmobiliario al desarrollo industrial. Por el contrario, Europa se está que dando rezagada, con niveles de inversión decrecientes, y se están experimentando diferencias importantes entre las situaciones financieras de los hogares y las empresas.

La ralentización del sector europeo de la construcción
La actividad de la construcción europea se mantuvo estable durante 2023 a pesar de los vientos en contra creados por los mayores costes de financiación, la inflación de los costes de las materias primas y la patente escasez de mano de obra. Se espera que esta resistencia continúe en el ejercicio 2024, aunque las perspectivas varían según el país y el sector.

Tras un inesperado pero bienvenido periodo de crecimiento en 2022, el sector de la construcción en Europa ha experimentado una situación menos positiva en 2023. El impacto de la subida de los tipos de interés y la guerra en Ucrania han frenado las perspectivas de crecimiento del sector. Se estima que el descenso de la producción de la construcción en 2023 ha sido de alrededor del 1,7%. Mientras que la ingeniería civil siguió creciendo en 2023, la construcción residencial disminuyó.

Toda la eurozona experimentó descensos en los principales sectores de la construcción, especialmente en la actividad de la construcción de viviendas, y los indicadores futuros apuntan a nuevos descensos. Con algunas excepciones, todos los países europeos siguen una tendencia a la baja debido a una serie de factores. Entre ellos, destacan las fuertes subidas de los tipos de interés y de los precios de los materiales de construcción, y la persistencia de una inflación elevada que se traduce en una reducción del poder adquisitivo de los ciudadanos. A ello se suma la ralentización del crecimiento económico, el endurecimiento de los presupuestos de gasto público y la caída de los precios inmobiliarios.

Con los niveles actuales de tipos de interés, el rendimiento de las inversiones inmobiliarias también es negativo, lo que además frena el crecimiento. A esto se añade la incertidumbre sobre el futuro de las prácticas laborales híbridas (teletrabajo+ presencial) y su impacto negativo en el valor de los inmuebles comerciales.

EN ESPAÑA, LA PRODUCCIÓN DE LA CONSTRUCCIÓN CRECIÓ UN 3,5% EN 2023, APOYADA POR LAS INVERSIONES EN LOS SECTORES DEL TRANSPORTE, LAS ENERGÍAS RENOVABLES, LA VIVIENDA Y LA INDUSTRIA.

Los países de Europa
El sector de la construcción en Alemania experimentó un mercado difícil en 2023, en el contexto de una desaceleración económica más amplia. El aumento de los costes de los materiales, las limitaciones del mercado laboral y un entorno de financiación difícil afectaron al mercado, en particular a la actividad de construcción de viviendas. El índice PMI viene indicando una prolongada y profunda desaceleración desde abril de 2022, sin que por el momento se vislumbre un final claro.

En Italia, la inversión en construcción creció un 5% en 2023, con una dinámica positiva en todos los sectores. La construcción privada no residencial (+5%) y la construcción pública no residencial (+18%) mostraron aumentos significativos, impulsados por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia y el cierre del programa de fondos estructurales europeos 2014-2020. Sin embargo, la inversión en construcción de viviendas sólo registró un modesto aumento del 0,7% con respecto a 2022.

En Francia, la actividad de la construcción cayó a su nivel más bajo en tres años en 2023, lo que indica un declive pronunciado y acelerado en este mercado.

En España, la producción de la construcción creció un 3,5% en 2023, apoyada por las inversiones en los sectores del transporte, las energías renovables, la vivienda y la industria. A ello se sumó el apoyo financiero del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea.

En el Reino Unido, la actividad de la construcción sigue una tendencia a la baja y se prevé que la producción caiga un 2,1% en 2024. Una parte importante de este descenso se debe a la reducción de las nuevas viviendas privadas y a la actividad de rehabilitación y mantenimiento. La subida de los tipos de interés es un factor clave de esta ralentización, ya que encarece las hipotecas y reduce el poder adquisitivo de los consumidores para mejorar sus viviendas. Paralelamente, se observan algunos signos de mejora de la confianza empresarial en otros sectores.

La construcción cae
Según el último informe estadístico de Eurostat, la producción de la construcción en noviembre de 2023 fue un 2,2% inferior en la zona euro y un 2,1% inferior en la UE en comparación con noviembre de 2022. Se trata de la caída más pronunciada de la producción desde febrero de 2021. Haciendo comparaciones similares para otros sectores, la construcción de edificios disminuyó un 2,4% y la ingeniería civil un 1% en la zona euro en noviembre de 2023, en comparación con noviembre de 2022. En la UE, la producción de la construcción de edificios disminuyó un 2,5%, pero la ingeniería civil aumentó un 0,2 por ciento.

Por su parte, según Euroconstruct, la producción de la construcción será inferior a la prevista en 2024, y no se prevé una recuperación hasta 2025. Se estima que el sector europeo de la construcción registre un descenso del 2,1% en 2024, seguido de un crecimiento moderado de alrededor del 1,5% tanto en 2025 como en 2026.

Los elevados tipos de interés y la debilidad de la economía han disuadido tanto a los compradores de viviendas como a las empresas de invertir en nuevos edificios. El agresivo endurecimiento monetario del Banco Central Europeo ha reducido la demanda de grandes proyectos, lo que se ha reflejado en un descenso de los permisos de construcción, tanto residencial como no residencial.

Aunque la bajada de los tipos de interés puede acabar estimulando nuevas inversiones, no se espera una recuperación de la producción de la construcción hasta principios de 2025 debido a las limitaciones impuestas por la reducción de los permisos de construcción. La actividad de construcción residencial está experimentando una fuerte desaceleración, y se prevé que las viviendas terminadas alcancen el nivel más bajo en 2025, contando desde 2016.

Además, se espera que la inflación de los precios de los productos de consumo se mantenga por encima de los niveles históricos en muchos países en 2024, probablemente sin llegar a bajar del 2,5%. La desaceleración de la actividad residencial es más significativa en Suecia, Italia, Finlandia y Hungría. Además, en los mercados residenciales más grandes, como el Reino Unido, Alemania y Francia, también se registran reducciones significativas de la producción.

LAS PERSPECTIVAS PARA EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN EN EUROPA MUESTRAN VARIACIONES SIGNIFICATIVAS SEGÚN LOS PAÍSES. EN ESPAÑA, SE PREVÉ UN CRECIMIENTO MEDIO ANUAL DEL 2,6% DE 2024 A 2027.

El sector residencial se ralentiza
En 2024, las perspectivas para la construcción de edificios no residenciales son negativas y se prevé un descenso de la producción. Aunque también se espera que posteriormente se produzca una reactivación para volver a un crecimiento de la producción. Tras el fuerte crecimiento registrado en 2022, el sector de la rehabilitación y el mantenimiento ha empezado a reducirse, lo que se atribuye en gran medida a la ralentización del sector residencial.

En general, se espera que la actividad de renovación y reformas en Europa disminuya en 2024, relacionado con el sector residencial. La ingeniería civil se espera que sea más resistente que los sectores de la construcción y es poco probable que vea una disminución de la actividad antes de 2025.

El crecimiento en este sector se debe a la necesidad de desarrollar redes de transporte y aumentar la producción y distribución de energía. Las perspectivas a largo plazo para el sector de la ingeniería civil siguen siendo positivas, ya que se trata de proyectos que tardarán años en completarse.

Las perspectivas para el sector de la construcción en Europa muestran variaciones significativas según los países. En España, se prevé que al crecimiento de la producción del 3,5% en 2023 le siga un crecimiento medio anual del 2,6% de 2024 a 2027. Por el contrario, la economía italiana se encuentra actualmente en una fase de crecimiento frágil con expectativas inciertas. Los principales institutos de investigación han expresado su cautela sobre el crecimiento de Italia en 2024. Se espera que la producción del sector de la construcción disminuya un 7,4%, debido principalmente a un descenso del 27% en la contribución debida a los trabajos mantenimiento.

Se espera que la actividad de la construcción en Alemania se retraiga un 3,5% en 2024, pero mostrará una modesta recuperación en 2025, con un crecimiento de la producción del 0,5%. El sector francés de la construcción experimentó un retroceso en 2023, pero se espera cierta estabilización en 2024. A partir de 2025, se prevé un resurgimiento, impulsado por la inversión gubernamental en energías renovables y la infraestructura industrial para alcanzar los objetivos de neutralidad de carbono de Francia para 2050. En el Reino Unido, tras una caída del 2,1% en 2024, se espera que la producción de la construcción aumente un 2% en 2025, basándose en la expectativa de unos tipos de interés más bajos.

Ha habido algunos ligeros signos de recuperación a corto plazo en el sector europeo de la construcción. Las empresas del sector también han visto un indicio de mejores perspectivas con el indicador de confianza de la construcción de la UE que ha mejorado ligeramente en los últimos tres meses de 2023, aunque sigue siendo negativo. Es probable que las empresas dedicadas a actividades de rehabilitación y mantenimiento se muestren más optimistas sobre las perspectivas del sector.

El subsector de la renovación (incluidos los trabajos orientados a la sostenibilidad) debería registrar un crecimiento estructural de su demanda en 2024, y las carteras de pedidos de los contratistas de la UE siguen cubiertas, con casi nueve meses de trabajo contratado.