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Actualidad

17 Octubre 2019

Al rescate acude JCB

JCB ayudando ante el dana Intervino en la ayuda a los damnificados por el dana que asoló el este español.

La fotografía objeto de comentario en esta sección es una vista de las inundaciones que durante el mes de septiembre han provocado las lluvias torrenciales que han azotado el oriente español, desde Gerona a Almería, cebándose principalmente en las costas valenciana y murciana y, más en el interior, en la provincia de Albacete, no quedando a salvo ni el centro peninsular, donde algunos municipios del sur de la Comunidad de Madrid también han sufrido la violencia de la fuerza hidráulica desatada desde el cielo.

FUE PUBLICADA LA FOTO EN LA PORTADA DEL DIARIO EL MUNDO EL PASADO 13 DE SEPTIEMBRE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA DE LA MUERTE DE DOS HERMANOS EN CAUDETE (ALBACETE), A LOS QUE LA RIADA ARRASTRÓ CUANDO VIAJABAN EN SU COCHE.

La imagen corresponde a las inundaciones del Escorratel, pedanía de Orihuela (Murcia), y a la evacuación de la población ante la crecida del río Segura. La destacamos por la extraordinaria composición fotográfica del autor, Manuel Lorenzo, con la presencia en primer plano de una retrocargadora JCB 3CX que se prestó a ayudar cargando en la cuchara a cuatro paisanos cariacontecidos y expectantes por la experiencia de ser rescatados en mixta y contemplar el espanto causado por la riada. A su lado, un caminante con el líquido elemento hasta las rodillas y una señal de la carretera CV-900 que anuncia la distancia hasta Callosa del Segura, 4 kilómetros, y Redován, 3 km, que algún gracioso con aspiraciones artísticas y grafiteras había aumentado a 373 añadiendo a mano –con poca maña, esa es la verdad– el guarismo 37.

Se da la circunstancia que la tormenta arreció y la riada fue en aumento posteriormente a la toma fotográfica, llegando a causar verdaderos estragos en toda la huerta de Orihuela, la patria chica del gran poeta Miguel Hernández.

De ello da fe la otra fotografía, hecha varios días después de ocurrida la tragedia y mientras se evaluaban los daños, en la que aparece la misma señal arrancada, derribada y retorcida por la fuerza incontenible de las turbulentas aguas, amontonada con otros escombros arrastrados por la ferocidad de la tormenta.