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Actualidad

23 Junio 2023

En busca del albañil perdido

Profesión: albañilEs el oficio que más escasea en España y también en toda Europa

El acuciante problema de la mano de obra que afecta a múltiples sectores en nuestro país se deja notar cruelmente en la construcción, donde no sólo faltan especialistas, entre ellos los operarios de maquinaria, sino sencillamente albañiles, un mal que afecta a toda Europa, donde escasean estos profesionales y los de otras ramas y especialidades, como la medicina, expertos en software o hostelería. El tema que nos afecta, el déficit de profesionales de la construcción embarra y frena el despegue de nuevos proyectos, sobre todo cuando se prevé una cierta efervescencia en el sector, cuya creciente demanda en el mercado inmobiliario ha agudizado la escasez de mano de obra e incluso llegado a provocar retrasos en las ejecuciones. Como si no fuera bastante con la escasez de materias primas y los retrasos en su distribución. Está pasando con las energías renovables. La falta de mano de obra para los proyectos de autoconsumo se ha convertido en uno de los retos del sector. Crecen las peticiones para la instalación de estos sistemas de generación de energía renovable y hay empresas que tardan varios meses en atender peticiones e incluso llegan a rechazar trabajos por no tener personal suficiente para ejecutarlos. A esto se une que existen en algunos casos problemas de calidad en las instalaciones como consecuencia del empleo de mano de obra poco cualificada. Hay una gran demanda de profesionales en todos los sectores y hay problemas para afrontar proyectos. Tenemos un triste panorama.

En las empresas constructoras saben muy bien lo difícil que es encontrar mano de obra cualificada para hacer frente al aumento de la demanda. Cuando se ponen a buscar encuentran gente joven sin experiencia y nada preparada para un sector duro donde se trabaja en invierno con frío y en verano con calor. No todos están preparados para ello y otros muestran falta de interés en trabajar en este sector, especialmente la juventud. En conclusión, no hay gente para trabajar.

Albañil, especie protegida
Sin embargo, insistimos, el oficio que más falta en el continente es el de albañil. Un reciente estudio de Eures (European Ernployment Services), la red de cooperación para el empleo y la libre circulación de trabajadores de la Comisión Europea y de la ELA (siglas en inglés de Autoridad Laboral Europea), ha detectado los déficits y superávits laborales en 29 países, los 27 que son miembros de la Unión Europea más Noruega y Suiza. Veintinueve países informaron que les faltan ciertos perfiles y que tienen excedentes de otros. En la lista de profesionales que faltan sobresalen los relacionados con la construcción, mientras que entre los excedentarios destacan muchas ocupaciones que requieren titulación superior como periodistas o diseñadores gráficos y multimedia.

MIENTRAS LAS PATRONALES SOSTIENEN LA TESIS DE LA FALTA DE TRABAJADORES, LOS SINDICATOS AFIRMAN QUE NO FALTA MANO DE OBRA SINO MEJORES CONDICIONES LABORALES, DE TRABAJO Y SALARIOS DIGNOS.

Entre los profesionales escasos se señalaron 400 perfiles, pero muchos de ellos representan una escasez de nicho mientras que para considerar que hay escasez generalizada es necesario que al menos 11 países los incluyan en su lista, lo que sucede con 38 ocupaciones. Estas profesiones se distribuyen fundamentalmente en cuatro sectores: la construcción, con 15 perfiles distintos, desde albañil a electricista, fontanero y soldador; el desarrollo de software (5 perfiles), la sanidad (6), y la hostelería (4). Lo más llamativo es que de los diez perfiles más escasos, seis de ellos tienen que ver con oficios de la construcción –albañiles, carpinteros, fontaneros, soldadores, electricistas e instaladores de hormigón–, y los otros cuatro son conductores de camiones, operadores de máquinas-herramientas, chapistas y profesionales de enfermería.

Fortalezas y debilidades
Sobre el mercado laboral de nuestro sector gravitan varios factores que lo debilitan: la rápida introducción de nuevas tecnologías digitales, que requiere habilidades STEM (científicas y matemáticas); el envejecimiento, que no encuentra repuesto en nuevas vocaciones; la transición energética y las condiciones laborales, que tienen mucha importancia en sectores como la propia construcción o la industria de los áridos y la minería.

Mientras las patronales sostienen la tesis de la falta de trabajadores, los sindicatos afirman que no falta mano de obra sino mejores condiciones laborales, de trabajo dignas y superiores salarios, aunque en la construcción, según la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), están un 30% por encima del salario mínimo, y el salario real es aún mayor. Estos se dan con más frecuencia en las grandes compañías, que tienen, lógicamente, menos problemas para encontrar trabajadores, y lo contrario ocurre en las pequeñas empresas, que tienen serias dificultades para la captación de personal. A todo se une la dureza del trabajo y el temor al riesgo de accidentes. En 2022 murieron 15 personas en la obra, 30 más que en 2021 y más que en cualquier otro sector.

Desde luego, la mala fama del sector no ayuda y hora va siendo de hacer olvidar al personal ese icono de carretilla y arena empujada por el albañil que ha simbolizado tradicionalmente como icono al sector de la construcción.