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Actualidad

22 Noviembre 2022

Los trabajadores en las obras del estadio Santiago Bernabéu

Trabajadores en las obras del estadio Santiago BernabéuEsos héroes anónimos.

Decía hace más de un siglo el cronista científico Antonio Cantallops, al ocuparse de los obreros que en diversos sectores arriesgaban su vida a cada instante, lo siguiente: «Antiguamente, a los héroes se les debía buscar en los campos de batalla. Hoy, que estos empiezan a escasear, ya que, dado el actual aspecto de las guerras, es cosa innecesaria el heroísmo, este lo encontramos en el proletariado, entre el que existen hombres para quienes, debido a la profesión especial que ejercen, la lucha por la vida ofrece idénticos caracteres que para los guerreros de antaño la lucha por la patria. Aún más, en nuestros héroes modernos encontramos mayor abnegación, puesto que saben que, como premio a su acción solo les espera una paga más o menos restringida, mientras que los otros conquistaban gloria y riquezas». Por esa razón, «OP Machinery » ha fijado su colimador en el colectivo obrero sin otra causa mayor –que no es menor– que la admiración que sentimos los que hacemos esta publicación hacia los trabajadores cualificados y sacrificados de las obras de construcción, que tanto contribuyen al progreso de los pueblos. Y lo hacemos en esta ocasión centrándonos en una obra concreta como símbolo de todas las demás, un tajo que hemos seguido al pie del cañón desde su inicio en el verano de 2019: la remodelación del estadio Santiago Bernabéu, sede del Real Madrid CF, colosal infraestructura deportiva de la que hemos hecho fotos, muchas fotos, y venimos publicando artículos sobre su evolución y hablando de los distintos aspectos de la misma y de la numerosa y diversa maquinaria utilizada, desde las grúas móviles a las plataformas elevadoras, pasando por la maquinaria de movimiento de tierras y demolición hasta llegar a la media docena de grúas torre que se instalaron al comienzo y ahí seguirán hasta el final. En esta ocasión nos centraremos precisamente en las personas, obreros, operarios, encargados, arquitectos, ingenieros, administrativos, vigilantes... Todos esos héroes modernos que a la vez lo son anónimos, pues forman parte de ese ejército de hormiguitas que pulula cada día por la obra siguiendo un misterioso rumbo que ha de confluir en levantar dentro de un año un espectacular monumento que será la gran obra del momento en España y el estadio más moderno y futurista del mundo.

Primitivo Fajardo

Gracias a ese ejército de profesionales valerosos y discretos de la construcción podemos disfrutar del desarrollo de las ciudades, cuyo crecimiento es a veces desaforado. En las obras del estadio del Real Madrid se cuentan por centenares los obreros que arriman el hombro para sacar adelante el monumental proyecto. La constructora FCC, responsable del proyecto, cuenta con unos 350 trabajadores que copan el estadio a diario, habiéndose ampliado en momentos puntuales a 500 e incluso llegado a puntas superiores a los 800 operarios al mismo tiempo. Inimaginable es pensar en los quebraderos de cabeza de la dirección de la obra para organizar el trabajo de todos durante las diferentes fases de ejecución de este descomunal lego infantil, combinándolo además con las paradas impuestas por el férreo calendario deportivo del equipo blanco.

Digno de admiración es también que con tanto personal hayan sido mínimos los accidentes registrados. De hecho, solo uno serio: un trabajador se cayó el año pasado desde una altura de 6 metros en el foso interior que guardará el césped retráctil y se fracturó ambas piernas.

La problemática de la seguridad en las obras forma parte consustancial a la naturaleza de tan arriesgado trabajo. Se decía antiguamente que las grandes urbes se han levantado sobre las cenizas de quienes dejaron su vida empeñados en el tajo. Por fortuna, los tiempos van cambiando y lejos quedan ya las nefastas estadísticas de décadas pasadas en las que el aluvión de muertes en las obras era excesivo, precisamente por la escasa cultura dirigida a la protección del trabajador.

LA ACTIVIDAD DE LOS OBREROS ESTÁ PRESIDIDA POR LA SEGURIDAD, PERO VIENDO ESAS IMÁGENES NO PODEMOS EVITAR SENTIR EL VÉRTIGO A LAS ALTURAS QUE ELLOS NO SIENTEN.

Las actuales normas son muy exigentes en su cumplimiento y la formación especializada en seguridad y salud laboral es prioritaria, lo que ha contribuido enormemente a que disminuyan los accidentes y las víctimas. Las fotos que ilustran la apertura de este texto son la muestra. Ahí están los profesionales cumpliendo discretamente con su cometido sin tenerle miedo al riesgo. Su actividad está presidida por la seguridad, qué duda cabe, pero viendo esas imágenes no podemos evitar sentir el vértigo a las alturas que ellos no sienten, o disimulan mirando al tendido. Por ello, debemos romper una lanza de admiración en favor de tantos trabajadores que exponen sus vidas para levantar soberbios edificios que, como este campo de fútbol de Chamartín, son auténticas obras de arte.

Ellos, con su esfuerzo y su talento, contribuyen a levantar un edificio totalmente renovado que será un recinto multiusos con un techo retráctil, una nueva tribuna para 3000 localidades, una espectacular fachada y, lo más impresionante, la construcción de una cueva de 30 metros y seis niveles para albergar un sistema de bandejas (cada una pesa 1500 toneladas) que guardará el césped a buen recaudo en una especie de invernadero gigante cuando se desarrollen actos y actividades ajenas al deporte rey, como partidos de baloncesto, boxeo o conciertos de música para 60000 espectadores, lo que meterá de lleno a Madrid en el circuito de las giras mundiales de las grandes estrellas de la música. El nuevo Bernabéu será, además, un centro comercial, de negocios, turismo, experiencias, eventos, congresos y gastronomía, abierto los 365 días. Un lugar tan emblemático que ya antes de la reforma –y durante las obras– era el más fotografiado de la capital y registraba cada día miles de visitantes (1,4 millones al año), siendo el segundo lugar más frecuentado de Madrid tras el Museo del Prado.

Retrasada su apertura
Aunque está vetado el acceso al interior, recorriendo el perímetro del recinto se puede ver el avance de los trabajos en el exterior. Lo último, observado en octubre, ha sido la colocación de 122 costillas que forman parte del exoesqueleto del estadio, sobre cuya fachada se están instalando cientos de lamas metálicas que, en tono mate para que su brillo no cause molestias ni a viandantes ni a conductores, envuelven por fuera las tribunas y darán al conjunto ese aspecto futurista que se persigue y lo convertirá en el complejo deportivo y de ocio más importante de Europa. Con ello, la ciudad de Madrid será, cuando finalicen las obras dentro de un año, el gran punto de encuentro para los aficionados al fútbol y al deporte en general.

La fecha de apertura, prevista para el 14 de diciembre de este año, coincidiendo con el 75º aniversario de la inauguración del Santiago Bernabéu en 1947, se ha visto retrasada hasta el final de la próxima temporada. Así lo explicó el presidente Florentino Pérez: “Al comenzar el trabajo nos golpeó fuerte la pandemia. Y ahora la guerra en Ucrania, que como todos sabemos ha provocado dos cosas: las materias primas son más escasas y los precios se han disparado”.

Por el momento no hay fecha para su inauguración, pero el club espera que el nuevo Bernabéu esté terminado y en funcionamiento para el inicio de la temporada 2023/4. Entonces, el flamante estadio de la piel de acero será un imán turístico aún más potente y se convertirá en un nuevo icono que represente la grandeza de una urbe como Madrid. Un icono material, pues el antiguamente llamado “poblachón manchego”, que dijo Azorín y refutó Cela, tiene históricamente como iconos intangibles su acogedor regazo, su espíritu de libertad, su multiculturalismo y su envidiable forma de vivir, mezcla de estrés frenético y ansias ilimitadas de fiesta. A ello, el nuevo estadio y sus obreros contribuirán de manera significativa.