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Actualidad

27 Diciembre 2021

SMOPYC 2021. Expectativas superadas

Smopyc 2021Smopyc’2021 culmina con excelentes resultados. La siguiente edición se celebrará en abril de 2023.

Primitivo Fajardo

Reza el refrán que cada uno cuenta la feria según le va. Si nos atuviéramos a este certero aforismo sería imposible reflejar aquí, en tan estrecho espacio, cómo les ha ido la edición 2021 de Smopyc a los 926 expositores presentes en la Feria de Zaragoza el pasado mes de noviembre, del 17 al 20. A cada uno le habrá ido de una forma y la contará a su manera, pero nos atrevemos a interpretar, en el sondeo personal que solemos hacer los que nos dedicamos a esto de levantar acta notarial de lo sucedido, que todo el mundo salió contento y la mayoría de expositores destacaron tanto la relevancia del contenido de la exposición como la calidad de los visitantes profesionales que acogieron en sus stands. En general resultó una feria digna en la que los participantes reconocieron sus buenos resultados. Había mucha expectación creada en torno a esta decimoctava edición por obvias razones pandémicas y por el significado moral del reencuentro tras tanto tiempo de aislamiento. Algunos fuimos con el miedo en el cuerpo, pero al final no eran los leones tan fieros como los pintaban y el resultado, felizmente y tras sucesivos e incómodas vacilaciones, amenazas y retrasos –los idus de marzo de 2020 retrasaron año y medio la celebración–, es que se han salvado dignamente los muebles, presentando un balance muy positivo con 52127 visitantes profesionales, unos 3000 menos que la anterior edición. Del total de firmas expositoras, 567 han sido españolas y 359 extranjeras, de 28 países, destacando la presencia china, grandes fabricantes como LiuGong, Sany, Sunward, XCMG, etc. La superficie de exposición ha ocupado 83000 metros cuadrados brutos –la mitad netos, más o menos–, dividiéndose estos en 68000 m2 en los pabellones 3, 4, 6, 7, 8 y 9, y 15000 m2 en el área exterior. A continuación contamos lo que en Smopyc’2021 pasó.

Fue oficialmente inaugurado el certamen con el paseíllo que dieron por las instalaciones el vicepresidente y consejero de industria de Aragón, Arturo Aliaga, la consejera de infraestructuras, vivienda y medio ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza, Patricia Cavero, y el presidente de la Cámara de Comercio y de Feria de Zaragoza, Manuel Teruel, acompañados por el presidente del Comité Organizador, Stoian Markov, el director general de Feria de Zaragoza, Rogelio Cuairán, y otras personalidades.

Teruel agradeció a los expositores que “hayan respondido al interés del sector apoyando el certamen, más aún después de la etapa que hemos vivido y los numerosos retos sectoriales que nos esperan”. Y destacó el trabajo realizado por el Comité Organizador cambiando las fechas y la estrategia de la muestra en varias ocasiones, pero siempre con optimismo y visión sectorial para reunir en seis pabellones más el área exterior a una elevada participación, tanto nacional como internacional, “lo que ayuda a visibilizar la industria española y el progreso paulatino a una normalidad que la sociedad necesita urgentemente”.

Un momento delicado

Por fin cuajó la esperada feria Smopyc, que ha sido tan celebrada como si fuera la primera, que lo era en medio de la pandemia –la primera feria de construcción en el mundo occidental y el punto de encuentro más importante en la península Ibérica y el sur de Europa–, y con la alegría con que se celebró por primera vez hace 41 años, cuando dejó de ser un monográfico dentro de la feria general y en 1980 se especializó en lo suyo, la maquinaria de obras públicas, movimiento de tierras, construcción, minería y aledaños.

Se ha desarrollado con entusiasmo a pesar del momento delicado debido a la débil situación del sector, acuciado por una crisis sanitaria que como un castigo bíblico ha machacado duramente a las empresas y por la larga década de austeridad provocada por la crisis económica que diezmó el tejido industrial de nuestro país a partir de 2008, llegando la mala situación económica del país y la afectación consecuente de nuestro sector a la paralización completa de la construcción y a la neutralización absoluta de los planes de inversiones en infraestructuras en 2012.

A ello hay que añadir los problemas actuales de escasez de materias primas, abastecimiento de equipos y componentes, los problemas con los fletes, la logística y el transporte y la subida de precios.

Por todo eso, después de cuatro años desde la anterior edición, más aún a partir del aislamiento al que nos sometieron las disposiciones sanitarias de estos dos últimos años, había muchas ganas de feria. Según mi modesto entender, esta edición ha estado genial en su conjunto y mejor aún mirada al microscopio, quizás porque su desarrollo ha superado en todo las expectativas que llevábamos y ha resultado incluso superior a lo que se esperaba, dadas las premisas covidianas de las que se partía, insisto. No había más que ver en los días centrales las colas en los accesos y la ingente actividad desarrollada todas las jornadas, tanto en los pabellones como en el área exterior.

En un alarde de ingenio alejado de la corrección política imperante, incluso diría que hasta lo hemos pasado bien porque eso de estarse unos días de feria suele ser saludable, cría glóbulos rojos, orea la mente y sirve para estirar las piernas. Si además te encuentras con amiguetes, clientes, haces negocio y conoces gente... Y para colmo disfrutas con el gran detalle de muchos expositores de disponer en sus stands de una generosa provisión de caldos y perniles patrios para hermanar almas en su reencuentro y amortiguar las contingencias del transitar absorto en los hierros coloristas de la feria... miel sobre hojuelas.

Qué duda cabe, era agradable caminar por unos pasillos generosos, con mucho público pero sin el agobio de épocas pretéritas, encontrándote con gente profesional de lo suyo: comerciales, técnicos, alquiladores, distribuidores, constructores, contratistas, hasta estudiantes, observando las máquinas en un mayor espacio con los expositores bien dimensionados, separados y con holgados pasillos cubiertos de fina moqueta bermellón.

El tiempo acompañó

¿Qué más se puede pedir? Pues que el tiempo acompañe. Y lo hizo. A pesar de algunas infernales rachas de cierzo, hizo un tiempo estupendo, frío y soleado, por lo que los expositores ubicados en la parte exterior del recinto, principalmente grúas y equipos de elevación y marcas que habilitaron el espacio para las demostraciones de sus máquinas, acabaron contentos el certamen.

La exposición encandiló al público con sus vistosidades y las novedades aportadas en aspectos como la automatización, la digitalización, la interconectividad, los componentes tecnológicos, los sistemas de seguridad, la gestión de flotas, la optimización, el control remoto de las máquinas, los nuevos materiales, los equipamientos eléctricos y los de motores térmicos respetuosos con el medio ambiente, tanto en cuanto a la reducción de emisiones como de ruido. Todo encaminado a lograr una mayor eficiencia de los equipos, lo que se traduce en productividad en las obras y mayor rentabilidad para el propietario.

Viendo todo esto nadie puede negar que haya mejor escaparate que por su contenido y las sinergias y oportunidades de negocio que brinda, concentre oferta y demanda como las ferias, de modo que las empresas constructoras, los contratistas medianos y los pequeños empresarios puedan conocer, valorar y comparar directamente los equipos y servicios más adecuados para llevar a cabo sus proyectos optimizando su estrategia de compra y minimizando los costes.

Por no mencionar la trasferencia de conocimiento que supone y la oportunidad de conocer a los responsables de las compañías. Eso es lo que ha pasado en Smopyc y así lo han entendido grandes marcas como Hidromek, Kobelco, Bobcat, Manitou, Merlo, Takeuchi, Kubota, Wacker Neuson, etc., fabricantes fuertes que han apostado por la feria desplegando medios y material y cuyos stands han sido especialmente colonizados en masa por el público entendido.

Por otra parte, las ocho máquinas premiadas en tres categorías en el concurso de novedades técnicas, más el Premio Torres Quevedo entregado durante la feria, fueron objeto de culto en los stands donde posaban para la posteridad y son el fiel reflejo de la capacidad innovadora de los fabricantes e ingenierías, así como de la clara apuesta por un futuro eficiente, seguro y sostenible. Los equipos premiados figuran en páginas aparte: Ausa, Hidromek, Hinowa, Putzmeister (en dos categorías), Layher, Xcentric Ripper y Palfinger.

Los propios espacios expositivos, todo hay que decirlo, han gozado de un atractivo especial, pues muchos diseños eran originales y espectaculares y nos aproximaban a la fisonomía de ferias internacionales como Bauma o Conexpo, tanto que un jurado premió a los diez más sobresalientes: Hidromek, Ausa, Cohidrex, Kobelco, Maquinza, Cintasa, Leblán, Miningland, Layher y Dagar Technologies.

El contenido de la muestra

Antes de entrar en la materia ferruginosa, he de decir que una de las originalidades aportada por la propia feria fue la denominada App Smopyc 2021, aplicación de móvil muy sencilla e intuitiva que permitía a los participantes sacar las entradas o acreditarse y contenía toda la información de la muestra: noticias, boletines, planos de los pabellones y la agenda de actividades de expositores y empresas. Muy original y práctico.

En cuanto al contenido, sabíamos de antemano que nada nos iba a sorprender extraordinariamente, que no habría novedades revolucionarias –en todo caso “evolucionarias”–, es decir, innovaciones sobre lo ya existente, que nadie en el último momento sacaría un conejo de su chistera. No obstante, ha habido algunas novedades en todos los subsectores y nadie ha salido decepcionado. La feria ha servido para mostrar una tendencia universal de los últimos tiempos: la especialización, en una doble vertiente, por un lado los equipos exclusivos creados para determinadas tareas y, por otro, las máquinas que sirven para todo, al estilo de la mixta, para lo que muchos equipos van dotados de sistemas de cambio rápido de implementos e infinitud de posibilidades de trabajo, al estilo de la navaja suiza.

Los fabricantes invierten cada vez más enormes sumas y esfuerzos en conseguir nuevos diseños –la imagen desempeña un importante papel en la decisión de compra– para máquinas más eficientes, con configuraciones más ergonómicas en las cabinas de los conductores, ya que la ausencia de cansancio permite trabajar con mayor rendimiento; alta productividad en los motores con menor consumo de combustible; eléctricos puestos de moda buscando el respeto absoluto por el medio ambiente; menores necesidades generales de mantenimiento; y, en definitiva, disminuir en la medida de lo posible los costes de las unidades.

Camino a 2023

Decía el sabio que el año próximo siempre será mejor. Y mejor aún para quienes crean que así será porque harán lo imposible para que así sea. Además, serán estos los que por su actitud tendrán mejor suerte. Creo que hay personas de buena voluntad –trabajadores, empresarios, incluso políticos...– que hacen méritos cada año para esperar mucho más del siguiente. Quizás peque de optimista, pero espero no errar si considero que la próxima edición será un pelotazo de categoría, que si nada cambia en los parámetros mundiales de la sanidad se ha previsto por Feria de Zaragoza para dentro de año y medio, en abril de 2023, por aquello de mantener el posicionamiento en el calendario de eventos internacionales entre Bauma e Intermat. Lo que caerá más o menos para el estreno del nuevo Bernabéu, la obra más grande y escandalosa de occidente, en la que se está empleando tanta maquinaria que sería un desafío hacer el listado de la misma.

Felicitamos desde aquí a los responsables de Feria de Zaragoza y del Comité Organizador de Smopyc’2021 por sus logros. Han conseguido sacar adelante con dignidad esta decimoctava edición lidiando con no pocos pablorromeros. Esperemos que la próxima, heredera igual que esta de la mala situación vivida hasta ahora pero con el positivo diagnóstico de la coyuntura del sector para ese año y arrastrando los buenos resultados de la presente edición, goce incluso de mejores resultados.

Según los gurús, los augures y los arúspices, que se pasan el día interpretando los posos de café de la bolsa, consultando el hígado de las ocas sagradas de la macroeconomía, leyendo las rayas de la mano de la situación internacional y atisbando el zigzag del vuelo amenazador de las águilas de la política, nos vamos a salir de la tabla en 2023.

Y esto, por fuerza, ha de afectar positivamente a nuestra feria, que para entonces desembarcará en el océano digital y promete convertirse en una extraordinaria edición. Evidentemente, muy alejados estaremos aún del éxito absoluto de la previa a la crisis, la de 2008, cuando se batieron todos los records, tanto de extensión ferial, como de asistencia de público (102000 visitantes) y número de expositores, pero al menos esperamos que suponga un acercamiento a las magníficas cifras de las ediciones de los años noventa y dos mil.

Si, finalmente, los Fondos Europeos llegan a donde deben, es decir, al mantenimiento de las infraestructuras, inversiones de las que depende una buena parte del sector y la renovación de los parques de maquinaria de empresas y alquiladores, estaremos en las mejores condiciones para afrontar tantos desafíos.

Que así sea. Y que todos nos veamos de nuevo en Smopyc’2023 con la mirada puesta con esperanza en el futuro.