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Actualidad

01 Marzo 2024

Ministros gañanes de transportes

primitivo fajardoSiendo adolescente comencé a trabajar en la prensa especializada en carreteras y a partir de ahí he estado ligado informativamente al ministerio regulador de las infraestructuras del Estado, que unas veces ha sido Ministerio de Obras Públicas, otras de Fomento y otras de Transportes. De los ministros que han ocupado el cargo desde entonces, 29 en 40 años –los he contado–, sólo 5 eran ingenieros de caminos y 2 carecían de formación universitaria; 14 eran abogados, 5 economistas, un médico, un doctor en físicas y un doctor en químicas. Tres de los economistas tenían además otra carrera superior: uno ingeniero aeronáutico, otro industrial y otro abogado.

He conocido a algunos y me sé los historiales de todos, pero no voy a juzgar su legado porque me llevaría una eternidad. Puedo decir que hubo gestores mediocres, otros preparados que dieron la talla y contribuyeron a empujar el país adelante y los hubo perniciosos, pues por torpeza, ineptitud o mala fe torpedearon la labor natural de un ministerio muy bien dotado.

Hoy tenemos a uno de los “ministros” nefastos, Óscar Puente, al que le importa una higa el cargo porque le han plantado en el Consejo de Ministros, convertido en monolito alienígena, para que emule al simio de «2001, una odisea del espacio» golpeando con el fémur al clan rival, y está más al lío político que al ministerial.

No es el primer homínido de la saga. Desde la riada que nos arrasó hace un lustro, trayendo en el barro político al payaso psicópata que ha convertido al Gobierno en una mafia y al Estado en picadillo para echárselo a las hienas independentistas que le perimetran el Falcon, este ministerio es un paralelepípedo colonizado por cabecillas del clan que lo usan para perpetrar el saqueo sistemático de las arcas públicas –ya se sabe, el dinero público no es de nadie–. Hemos tenido al homo antecesor, José Luis Ábalos Trena, perdón, Meco, gañán y putero que hasta hace nada era secretario de organización del partido y mano derecha del payaso, y ahora es una excrecencia arrumbada al grupo mixto para estar aforado y porque lo sabe todo de la podredumbre del poder y hay que callarle con un puesto de diputado a cargo del fiel contribuyente.

Ábalos, su guripa Koldo el semoviente y otros desgarramantas del socialismo patrio urdieron un entramado para trincar millones de euros en comisiones con la compra de mascarillas y otros enseres con la excusa de combatir el virus durante la pandemia. La urdimbre del caso Koldo es más tupida que la corrupción de los Eres de Andalucía, la Gürtel, los Pujolone, las maletas de Delcy y el Tito Berni juntos (¿y qué hay de tantos vuelos fantasma del Falcon a República Dominicana?, ¿qué hay de la entrega del Sáhara a Marruecos?), y están pringados ministros y presidentes autonómicos que compraron un material defectuoso y lo ocultaron para que la mafia siguiera extorsionando. Están metidos en el ajo el hermano y la mujer del semoviente y hasta la del propio payaso por tráfico de influencias, enfangada en subvencionar a empresas que le financiaban su cátedra y en la operación de rescate del Gobierno a Air Europa por amistad con el capo de la compañía que pagaba los tejemanejes de la barbie exploradora en África. A Juan José Hidalgo le conocí en el bautizo del Boeing 737-800 con el nombre del cantante Melendi y no me pareció mal tipo. Las apariencias engañan.

EL GUARDAESPALDAS DE ÁBALOS CONSIGUIÓ QUE ADIF ADJUDICARA A LA EMPRESA EN LA QUE TRABAJABA SU MUJER UN CONTRATO DE 5,2 MILLONES DE EUROS PARA SUMINISTRAR 275000 T DE BALASTO PARA EL AVE MADRID-SEVILLA.

Pensábamos que la trama del ex ministro gañán alcanzó el cénit con el Delcigate y las tropecientas maletas provenientes de Venezuela que fueron a recoger al aeropuerto madrileño todos en comandita: el ministro, el guardaespaldas, el constructor, el guardia civil y la madre que los parió (podríamos titular esto como una peli porno de los 80: «El payaso, el gañán, el semoviente, su mujer y otras cosas que meter »). Pero el latrocinio descubierto hace poco por la pasma no se limitaba sólo a los muchos millones del ámbito sanitario. La trama corrupta que encabezaban el gañán y su guripa llegó hasta nuestro sector.

Resulta que el semoviente mamporrero del gañán –que en medio de la pandemia iba por los hoteles y lupanares pagando las rabizas, la coca y el marisco del ministro con billetes de 500 euros–, no sólo proporcionó mascarillas defectuosas a precio de caviar iraní a varias administraciones públicas en lo peor de la crisis sanitaria a cambio de abultadas comisiones, sino que consiguió que la sociedad pública gestora de infraestructuras ferroviarias, Adif, dependiente precisamente del ministro gañán de Transportes, adjudicara a la empresa en la que trabajaba su choni un contrato de 5,2 millones de euros para suministrar 275000 toneladas de balasto destinado a la alta velocidad Madrid-Sevilla. Los pilló la UCO porque el jefe de la choni del semoviente se reunió con éste y con el gañán en julio de 2021 en el parador de Granada y seguidamente la empresa se asoció con otras dos para hacerse con el referido contrato de Adif presentando a concurso una oferta que rebajaba hasta en un 112% el presupuesto de licitación, lo que levantó las sospechas, pues era tan ajustado que apenas podía cubrir los costes de extracción del balasto y su transporte. Para colmo, no sólo la UTE adjudicataria incumplía los requisitos de solvencia técnica exigidos, sino que el balasto era de los peores y se obtenía de una cantera que no contaba con el distintivo de viabilidad de Adif por no superar los controles para ser proveedor del balasto de mayor calidad y más costoso, que es el que se emplea en las vías del Ave.

En fin, que si tanto talento para el trinque lo dedicara esta gentuza a hacer el bien como monjitas de la caridad, se acababa el hambre en el mundo.


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