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Manitou en las fallas de Valencia
Sus plataformas ayudan a levantar los monumentos falleros.
Las Fallas de Valencia es una celebración ancestral del levante español que combina arte, fuego y tradición transformando cada mes de marzo la capital del Turia y la mayor parte de las localidades de la Comunidad Autónoma en un museo efímero al aire libre con monumentales esculturas de cartón piedra que se alzan en las calles desafiando la gravedad y la imaginación para después acabar consumidas por las llamas el día de San José.
Detrás de esta singular hazaña de ingeniería y arte están los maestros falleros, que en un plazo reducido a unos meses deben culminar con éxito la obra prevista, para lo que cuentan con un aliado desconocido, invisibles para el público pero indispensable para el trabajo: las plataformas elevadoras de personas, que actuarán en el momento preciso, tras la construcción de la obra, para su montaje definitivo, un proceso meticuloso que requiere precisión y seguridad. Las plataformas elevadoras permiten a los artistas y montadores acceder a las alturas de las estructuras, acercarse a ellas y trabajar con detalle facilitando la colocación de cada pieza con exactitud milimétrica, hasta que el maestro dé el toque de gracia a la obra artística. Desde los ninots más pequeños hasta las figuras más grandes y otros elementos decorativos, estas máquinas garantizan que cada elemento encuentre su lugar perfecto en el conjunto.
La plataforma Mango de Manitou
Este es el caso de la protagonista de esta fotografía, una plataforma articulada diésel del fabricante francés Manitou, modelo Mango 12, que convence por su diseño compacto, su maniobrabilidad todoterreno y sus numerosas características innovadoras: suelo galvanizado de la plataforma, rotación de la torreta de 350 grados, brazos de elevación combinados y rápidos, etc. Es ágil, robusta, eficiente y su altura de trabajo es de 12 metros, el alcance máximo, de 6,19 m, la capacidad de la cesta, de 230 kg, y admite en su interior 2 personas. Tiene una base estable y segura para los trabajadores, minimizando el riesgo de caídas y accidentes. La unidad pertenece al alquilador valenciano Suprovar, dedicado a la venta y alquiler de equipos de construcción, con sede en Aldaya, en el área metropolitana de la capital.
La virtud de la unidad ha sido agilizar el montaje permitiendo a los equipos trabajar de manera eficiente y cumplir con los plazos previstos, pues su movilidad y la capacidad de elevación son esenciales para maniobrar piezas pesadas y voluminosas en espacios reducidos. Y no sólo es útil durante la construcción y el montaje de la falla, sino también colocando la iluminación de la misma, realizando reparaciones o desmantelándola después de la cremà.