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Actualidad

03 Junio 2025

BAUMA’2025. Feria de Gigantes

Bauma 2025

Bauma 2025

La mayor feria del mundo dedicada a la maquinaria de obras públicas, construcción, minería y materiales de construcción, de periodicidad trienal, se ha celebrado en Múnich (Alemania) entre el 7 y el 13 de abril de 2025. De todo lo que ha dado de sí Bauma en cuanto a novedades, publicamos en este número un adelanto de lo más llamativo y daremos buena cuenta del resto en los próximos, pues el volumen de información recopilado es tal que haría falta una enciclopedia para contenerla. Y un ejército de amanuenses para tratarla. Bauma es como un oceanográfico que recoge en una pecera gigante el ecosistema que da vida al mundo industrial de la maquinaria, y contiene a los peces más exóticos y espectaculares, incluso a los más gordos del sector.

Hemos visto en los stands de los expositores las máquinas, los servicios y a los mandamases de las compañías más punteras, daba igual si la firma expositora era modesta o un gigante como el de la foto. Casi todas se han presentado con lo mejor de su producción, equipos y máquinas que apuestan por la innovación, la digitalización, la automatización, la tecnología, la sostenibilidad, la eficiencia energética y el respeto al medio ambiente, con sus equipos potenciados por motores de alto rendimiento y bajas emisiones, híbridos y eléctricos, y prototipos de hidrógeno que mejorarán la eficiencia acelerando la descarbonización. Máquinas espectaculares, en definitiva. Con ellas en exhibición, Bauma ha demostrado ser una vez más el barómetro preciso del estado de esta industria y un escaparate de las soluciones que moldearán el futuro de las obras de infraestructuras, marcando las tendencias y mostrando el potencial de la innovación y la tecnología para edificar entre todos un mundo mejor.

Primitivo Fajardo

La muestra más grande del mundo bate sus propios records y trae la maquinaria del futuro

He tenido la suerte una vez más de acabar con los pies intactos tras los muchos kilómetros que te obliga a recorrer esta muestra gigante, que cuenta con un área exterior bestial y 18 pabellones de tamaño descomunal, alineados en tres filas paralelas que se comunican entre sí. Aunque el recinto de Bauma está más o menos sectorizado, no es fácil orientarse y quien quiera verlo todo sufrirá el trasiego nómada de recorrerlo una y otra vez buscando los stands de sus marcas favoritas. Es una pena que no contabilice el balance para la cartilla del Camino de Santiago, porque aquí te gradúas en peregrino a la fuerza y cum laude. A esto se une la dificultad en la orientación, que aunque está todo muy bien señalizado es muy fácil perder el norte entre sus calles atestadas de gente en continua trashumancia y máquinas varadas en sus stands del interior o en movimiento en el área exterior.

A pesar de este inconveniente, es para mí un honor asistir a la feria en nombre de OP MACHINERY, como he venido haciendo desde hace treinta años en representación de ésta y de otras revistas del sector, pues mi primera visita fue en 1995, cuando trabajaba para las publicaciones Potencia y Canteras y Explotaciones. Las cosas de la vida, tres décadas no indican sino mi decadencia, pues en este tiempo he pasado de ser el recién llegado y el más joven, al más veterano en estas lides feriales y editoriales.

Mucho ha crecido la feria en 30 años.

Casualmente, la próxima edición de 2028 se celebrará del 3 al 9 de abril, las mismas fechas que cuando inicié mi periplo en el 95. Me pregunto si no será esto un giro copernicano del destino para cerrar el círculo. Ya veremos si me dejo. Aún guardo aquel primer reportaje, publicado en el número de mayo de 1995 de Canteras, titulado Desafío total, en cuya introducción afirmaba: “Aquí, en medio de una de las regiones más ricas de Alemania, todo es grande, desde las calles a las iglesias, desde las estaciones a las cervecerías, desde los cercanos Alpes a los impresionantes castillos del siglo pasado construidos por Luis II. Esto funciona, como casi todo lo alemán”. Mucho ha crecido la feria desde aquella edición –se puso en marcha en 1954–, cuando todavía las transacciones se negociaban en marcos alemanes, que registró 410000 metros cuadrados de exposición, 1706 expositores de 34 países y 350000 visitantes procedentes de 120 países. La de 2025 ha reunido en 600000 metros cuadrados a 3601 expositores de 57 países y a 630000 visitantes llegados de 200 países, o sea, todos los rincones de la Tierra. En la edición del 95 participó una quincena de empresas españolas, agrupadas por la asociación Anmopyc, que entonces manejaba como gerente José Antonio Vicente. Esta vez, el clúster Anmopyc, que hoy dirige el gerente Jorge Cuartero, ha llevado de la mano a 49 expositores españoles a Múnich.

lando como visitantes por el recinto ferial, hoy hay más chinos en Bauma que en China. Hasta en la sopa de cartofen. Aparte de las grandes marcas chinas conocidas, una pléyade de stands de marcas del país del dragón se distribuían por todos los pabellones y por el recinto al aire libre. China empezó copiando a las marcas occidentales de maquinaria hace treinta años y ya avisamos entonces del peligro amarillo que se le venía encima a occidente. Hoy, estas empresas se abren paso en el mercado con sus propias creaciones y compitiendo machete en mano, jugando con ventaja en el precio.

LA EDICIÓN DE 2025 HA REUNIDO EN 600000 METROS CUADRADOS A 3601 EXPOSITORES DE 57 PAÍSES Y A 630000 VISITANTES LLEGADOS DE 200 PAÍSES, O SEA, TODOS LOS RINCONES DE LA TIERRA.

Un desafío a la imaginación.

Volviendo a Múnich, recuerdo que aquella primera feria del 95 era la última que se celebraba en el viejo y mastodóntico recinto, una pradera que acogió las celebraciones de la boda entre Luis I de Baviera y Teresa de Sajonia, en 1810, el mismo lugar donde Hitler arengaba en los años 40 al pueblo germano desde la estatua de 20 metros de la Bavaria, que presidía la zona externa de la feria en Theresienwise, donde hoy se celebra la famosa fiesta de la cerveza, Oktoberfest. En el 98 se trasladaría la feria al antiguo aeropuerto de Múnich Riem, a 35 km de la capital de Baviera, la sede actual.

Escribí en aquel prístino reportaje de Canteras: “La feria Bauma es a la maquinaria como la ciudad de Nueva York a la humanidad: un crisol único de contrastes indescriptibles con casi todas las razas, colores y alturas del mundo. Múnich se convierte durante una semana en la capital mundial del negocio de la maquinaria, un recinto catedralicio donde se mezclan el sol y la nieve, los colores rojo y amarillo de las máquinas, el sabor de la cerveza y el olor de las salchichas, y donde se dan cita los grandes fabricantes internacionales y los pequeños distribuidores locales. Un lugar donde confraternizan los magnates y los periodistas, los ejecutivos de Manhattan y los lugareños de Baviera, y donde se puede observar a un coreano charlando con un finlandés, a un bielorruso con un australiano o a un malayo con uno de Albacete”.

Estas constantes se han mantenido y visto acrecentadas por su fama mundial, por ser la feria más espectacular de todas, probablemente de cualquier sector, incluido el de la automoción. Ya lo era entonces, en el 95, cuando me enviaron a este infierno y quedé tan impresionado que concluí el trabajo afirmando: “Es un reto, un desafío al espacio y a la altura. Un desafío al sector de la maquinaria porque no hay nada ni nadie que lo pueda hacer mejor y más grande. Es un gran desafío a la imaginación. Es Bauma”.

Pura tecnología

Tanto entonces como ahora ha sido emocionante transitar por este paraíso del hierro viendo toda clase de máquinas teñidas de los más variopintos colores, que dan vida a una feria descomunal que muestra al mundo lo más sofisticado de la creación industrial actual de nuestro sector.

La feria ha sido testigo de la presentación de maquinaria cada vez más eficiente, impulsada por tecnologías de vanguardia como la electrificación, la automatización y la digitalización. Los fabricantes han puesto de manifiesto su compromiso con la sostenibilidad, presentando equipos con menores emisiones y mayor eficiencia energética. La electrificación de la maquinaria ha sido una de las tendencias más destacadas, así como la tecnología de accionamiento y la autonomía, marcando el camino hacia una industria más limpia y respetuosa con el medio ambiente.

La digitalización ha sido otro de los grandes protagonistas de Bauma. La conectividad, el internet de las cosas (IoT) y la inteligencia artificial están transformando la forma en que se diseñan, construyen y operan las máquinas. La gestión de flotas, el mantenimiento predictivo y la optimización de procesos son sólo algunos ejemplos de cómo la digitalización está mejorando la productividad y la eficiencia en la industria.

En Múnich el mundo ha cambiado, hemos encontrado lo más moderno, lo más grande, lo más tecnológico, lo mejor. Bauma es una feria sensacional


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