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Actualidad

01 Noviembre 2025

Los 80 años de JCB y Lord Bamford

Lord Anthony Bamford el día de su 80º cumpleaños,Se cumplen ocho décadas de liderazgo tecnológico de la marca británica.

Ochenta años ha cumplido uno de los principales protagonistas del sector de la fabricación de maquinaria de obras públicas, construcción y minería del mundo, la firma británica JCB, que fue fundada el 23 de octubre de 1945 en un pequeño garaje de la ciudad de Uttoxeter, en Staffordshire (Inglaterra), por Joseph Cyril Bamford, que puso las iniciales de su nombre al taller de fabricación que inauguró el mismo día que nació su hijo Anthony, hoy Lord Anthony Bamford, presidente de la compañía, que sigue siendo una empresa familiar y cuenta con más de 19000 empleados y 22 plantas en todo el mundo. En el Reino Unido trabajan más de 8000 empleados en las plantas de JCB en Staffordshire, Derbyshire y Wrexham. Para celebrar la efeméride y reconocer la extraordinaria contribución de los empleados de JCB al avance de la marca, el presidente dio un día libre extra con motivo del 80º aniversario de la empresa. Por tanto, el viernes 24 de octubre fue día festivo para JCB en todo el mundo, disfrutando los empleados de un fin de semana largo. Lord Bamford sustituyó a su padre como presidente en 1975 y ha impulsado la expansión de la empresa hasta convertirla en un fabricante mundial que produce alrededor de 350 productos diferentes para la industria de la construcción y la agricultura.

En octubre de 2025, cuando el reloj de la historia marcaba 80 años desde su fundación, JCB celebró algo más que un aniversario industrial: celebró una epopeya de ingenio humano, de trabajo pertinaz y de una visión que transformó la forma en que el mundo construye, cultiva y se mueve.

Joseph Cyril Bamford, ingeniero de formación y soñador por vocación, se negó a aceptar que el fin de la guerra significara el fin de la creatividad. En el otoño de 1945 recuperó chatarra militar y, con paciencia artesanal, construyó un remolque basculante que vendió por 45 libras –unos 53 euros– en el mercado local. Aquel gesto, tan sencillo como audaz, fue el inicio de una empresa familiar destinada a convertirse, con el paso de los años y la evolución tecnológica asociada a los nuevos tiempos, en un gigante mundial.

El comprador pagó parte del precio con su viejo carro, que Bamford reacondicionó y revendió también por otras 45 libras. Esa segunda venta selló la filosofía de la marca: aprovechar cada oportunidad, sacar valor de lo que otros descartaran y no rendirse jamás. Hoy, aquel primer remolque se conserva en la sede mundial de Rocester, donde miles de empleados lo consideran el emblema del espíritu JCB: la prueba tangible de que la grandeza puede nacer de la escasez.

Del establo a la revolución hidráulica
Apenas dos años después, la empresa crecía a un ritmo imparable. En 1947, el joven Bamford tuvo que mudarse a un bloque de establos en Crakemarsh Hall, y tres años más tarde trasladó su taller a una antigua fábrica de queso en Rocester. Nadie imaginaba entonces que aquel lugar rural se convertiría en el corazón palpitante de una multinacional presente en más de 150 países. En 1953 llegó el momento que cambiaría para siempre la historia de la maquinaria de construcción: la invención de la retrocargadora JCB Mk1, la primera en combinar una pala frontal con una excavadora hidráulica trasera. Era la herramienta definitiva para la reconstrucción en la posguerra. Desde entonces, la retrocargadora se convirtió en símbolo de productividad, y su evolución ha acompañado el crecimiento de la propia empresa. Luego llegó la 3C, en 1963, y a mediados de los 80, la 3CX, la más vendida del mundo. Más de un millón de unidades han salido desde entonces de las fábricas de JCB en tres continentes con su identificativo y ya legendario logotipo amarillo y negro, que hoy se reconoce instantáneamente en todo el mundo, desde Londres a Nueva Delhi, desde Texas a São Paulo.

Los años del despegue
La década siguiente consolidó la reputación de JCB como sinónimo de innovación. En 1961, la empresa fundó JCB Aviation, su propio servicio aéreo, con un bimotor de Havilland Dove que permitía a los clientes europeos visitar la fábrica y regresar el mismo día al continente. Al año siguiente nacieron los célebres JCB Dancing Diggers, espectáculo de sincronía mecánica que, seis décadas después, sigue fascinando al público.

En 1964, con las ventas creciendo un 60% hasta alcanzar los 8 millones de libras (9,4 millones de euros), Bamford decidió compartir el éxito con quienes lo habían hecho posible: repartió bonos por el equivalente a 293000 euros entre sus trabajadores. La noticia fue titular nacional; algunos empleados compraron su primera vivienda gracias a aquel gesto.

“Quiero que compartan el éxito de la empresa que han ayudado a construir”, declaró el fundador. Era el retrato de un empresario visionario y profundamente humano. El reconocimiento llegó en 1969, la compañía produjo 4500 máquinas, exportó más de la mitad y recibió su primer Queen’s Award, el primero de una larga serie de 27 galardones a la excelencia exportadora. Ese mismo año, Bamford fue nombrado Comandante del Imperio Británico (CBE), confirmando su estatus de pionero de la industria británica.

La herencia de una familia
En 1975, al jubilarse, Bamford dejó la empresa en manos de su hijo Anthony, un joven decidido que había crecido entre los talleres y las innovaciones de su padre. En su carta de despedida, Joseph escribió: “Anthony enfrenta el difícil reto de llevar a JCB hacia adelante durante las próximas décadas y hacia un nuevo siglo. No puede haber límites para el éxito”.

Y no los hubo. Bajo el liderazgo de Anthony Bamford, nombrado más tarde Sir Bamford y después Lord Bamford, JCB se convirtió en una potencia global. En 1977 se presentó la Loadall, la manipuladora telescópica que transformó la forma de mover materiales en las obras y las explotaciones agrícolas.

Dos años después, en 1979, comenzó la fabricación en India, una apuesta estratégica que hoy constituye el segundo mercado más grande de la compañía. En 2023, JCB India celebró la producción de su máquina número 500000.

Los años 80 trajeron nuevos hitos: en 1985 nació la 3CX Sitemaster, la retrocargadora más vendida en la historia de la marca, y un año después JCB inició su labor benéfica con una organización infantil para la que ha recaudado millones de libras gracias al impulso de la esposa de Lord Bamford, Carole Bamford.

En 1990, la compañía presentó el revolucionario tractor Fastrac, el primero del mundo con suspensión total y velocidad de carretera. Ese año, Bamford fue nombrado Sir por la Reina Isabel II, y los empleados tuvieron un día extra de vacaciones para celebrar la ocasión.

EN 1953, JCB INVENTÓ LA RETROCARGADORA MK1 Y CAMBIO LA HISTORIA. EN ENERO DE 2025, LA MIXTA NÚMERO UN MILLÓN SALIÓ DE LA LÍNEA DE PRODUCCIÓN DE JCB.

Innovar para crecer
El cambio de siglo encontró a JCB en plena expansión. En 2000 abrió su fábrica norteamericana en Savannah (Georgia), y en 2004 celebró la producción de su máquina número 500000. Ese mismo año se lanzó el motor Dieselmax, construido íntegramente por la empresa en Derbyshire (Inglaterra). Sólo un año después, ese mismo motor impulsó al vehículo JCB Dieselmax hasta los 563 km/h en las salinas de Bonneville (EE.UU.), estableciendo un récord mundial aún vigente para un vehículo propulsado por combustible diésel.

La expansión continuó con nuevas plantas en China (2005), Brasil (2012, con una inversión de 74 millones de euros, y Alemania. En 2009, una inversión de 47 millones de euros en la planta india de Ballabgarh convirtió a JCB en el mayor fabricante mundial de retrocargadoras. Al mismo tiempo, la compañía reforzó su compromiso con la educación y la innovación con la creación de la JCB Academy (2010), en Staffordshire, donde 3500 jóvenes han recibido formación técnica y empresarial, continuando hacia la educación superior o el empleo.

De la electrificación al hidrógeno
En 2018, JCB dio un paso decisivo hacia la sostenibilidad con la 19C-1E, su primera miniexcavadora eléctrica, capaz de operar una jornada completa sin emisiones. Fue el preludio de una nueva era tecnológica. Al año siguiente, llegaron otros modelos y los tractores Fastrac rompieron otro récord mundial, alcanzando los 247 km/h de velocidad.

La pandemia de 2020 puso a prueba el temple de la compañía. Con las líneas de producción detenidas, JCB se volcó en ayudar a la comunidad: pusieron en marcha cocinas corporativas que prepararon 200000 comidas diarias; realizaron la impresión 3D de visores médicos y llevaron a cabo un férreo apoyo al sistema sanitario británico. Pero, incluso en medio de la crisis, la innovación de la compañía no se detuvo: ese mismo año se presentó la primera excavadora del mundo impulsada por hidrógeno, marcando un antes y un después en la industria de la construcción.

Poco después, Lord Bamford desafió a sus ingenieros a ir más allá: crear motores de combustión interna alimentados por hidrógeno, más simples y robustos que los de celda de combustible. Desde entonces, la compañía ha invertido 117 millones de euros y ha empleado a 150 ingenieros en el desarrollo de esta tecnología pionera que pronto dará sus frutos.

En 2021, la mayor empresa británica de alquiler de maquinaria, Sunbelt Rentals, realizó un pedido récord de máquinas de 76 millones de euros, confirmando la fortaleza de JCB tras la pandemia.

Un legado con rostro humano
A lo largo de las décadas, JCB ha mantenido una identidad poco común en el mundo corporativo: la de una empresa familiar con alma industrial. Ha sabido combinar innovación tecnológica con valores humanos, compromiso social y orgullo británico. Lady Bamford continúa encabezando iniciativas educativas y de bienestar, desde la Lady Bamford Charitable Trust, en India, hasta el Lady Bamford Center, en Georgia (EE.UU.), dedicado al desarrollo infantil.

En 2022, la compañía inauguró su moderna fábrica JCB Cab Systems, en Uttoxeter –donde el milagro dio comienzo–, y presentó un surtidor móvil de hidrógeno, clave para el abastecimiento en obras. La primera retrocargadora del mundo con motor de hidrógeno desfiló ese mismo año por The Mall, en Londres, durante el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II.

En 2023, mientras el Reino Unido celebraba la coronación de Carlos III, JCB conmemoró su propia historia con una fiesta nacional en sus fábricas británicas y anunció la construcción de una nueva planta en Texas, la mayor inversión de su historia reciente, que generará 1500 empleos en cinco años.

El año siguiente, 2024, trajo nuevas innovaciones: el sistema DualDrive, que permite conducir y operar la retrocargadora sin girar el asiento; la producción del motor número un millón; y la celebración de los 60 años de servicio de Lord Bamford, quien recibió al Rey en la sede de Rocester para mostrarle la tecnología de combustión de hidrógeno desarrollada por la compañía.

Ochenta años después
En enero de este año, la retrocargadora número un millón salió de la línea de producción, acompañada de una caravana de modelos clásicos que desfilaron ante el público mostrando siete décadas de historia. Un modelo único, decorado por el artista londinense Dave Smith, fue presentado a Lord Bamford como tributo a una vida entera y fructífera dedicada a la ingeniería británica.

Meses más tarde, JCB alcanzó otro hito trascendental: la primera homologación europea para motores de hidrógeno destinados a maquinaria móvil fuera de carretera. En abril, el Gobierno del Reino Unido modificó la ley para permitir que vehículos agrícolas y de construcción impulsados por hidrógeno pudieran circular por vías públicas. Más de 130 motores de evaluación ya impulsan retrocargadoras, manipuladoras Loadall y generadores en pruebas reales.

“Los clientes de JCB están esperando pacientemente que nuestro motor de hidrógeno marque la diferencia en sus obras”, declaró Lord Bamford. “No tendrán que esperar mucho más”.

El año 2025 culmina para JCB con una doble celebración: los 80 años de la empresa y el 80º cumpleaños de su presidente, un hombre con talento que, como su padre, ha dedicado su vida al trabajo y a demostrar que el acero moldeado por el hombre también tiene “alma”.

El futuro tiene nombre propio
Hoy, JCB sigue siendo una de las empresas privadas más grandes del Reino Unido, símbolo de la ingeniería británica y pionera en innovación sostenible. Con más de 1 millón de motores producidos, 130 países de destino y un legado familiar que abarca tres generaciones, la compañía encara el futuro con la misma determinación que movió al pionero JCB a fabricar aquel primer remolque de 1945 que vendió por 45 libras.

Desde los establos de Crakemarsh hasta las fábricas automatizadas de la India; desde el brazo hidráulico de la mixta al motor de hidrógeno; desde el garaje de un hombre sencillo e ingeniero genial a una red industrial global..., JCB ha demostrado que el progreso se mide no sólo en toneladas de acero sino en la fe inquebrantable en que todo es posible, que lo que se sueña se puede hacer realidad.

Ochenta años después, mientras el rugido de sus máquinas resuena en obras, canteras y campos de todo el mundo, una verdad perdura: la historia de JCB es, ante todo, la historia de la creatividad humana y de la ingeniería como fuerza capaz de transformar el planeta.

P.F.

 


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