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Actualidad

01 Febrero 2018

Hyperloop, el sistema de transporte del futuro, se pone en marcha

Hyperloop, el sistema de transporte del futuro

La revolución del transporte

Publicábamos hace un año la conferencia que nuestro director había impartido en el Colegio Oficial de Geólogos sobre minería espacial. En ella se mencionaba que el cohete Falcon 9, fabricado por la compañía de transporte aeroespacial SpaceX, fundada en 2002 por el multimillonario sudafricano Elon Musk, dueño también de Tesla Motors y PayPal, iba a revolucionar los planes de conquista del espacio, pues con este cohete y su hermano mayor, el Falcon 9 Heavy, reciclables (el impulsor regresa a la tierra para ser reutilizado de nuevo), se están llevando a cabo diversas misiones, como la de transporte de carga a la Estación Espacial Internacional y la colocación de satélites en la órbita baja de la Tierra; y que Musk está experimentando con otro que doblará la capacidad de transporte y posibilitará objetivos más ambiciosos de exploración espacial, como explotar los recursos de los asteroides o alcanzar Marte en 2035. SpaceX es una de las compañías de capital privado que se ha lanzado a la conquista del espacio exterior. Pero también está inmersa en la revolución del transporte, y no precisamente el aéreo. Elon Musk se ha empeñado en acelerar los viajes que se realizan en la superficie terrestre y se ha inventado el «Hyperloop », un dispositivo combinación de las tecnologías aeronáutica y ferroviaria que, cuando esté en marcha, permitirá el transporte de personas y mercancías a una velocidad de unos 1200 km/h, viajando por levitación magnética en túneles cerrados. Ello facilitará que trayectos como el de Madrid a Tánger cueste menos de 50 minutos. Aquí se lo mostramos.

SPACE X está volcada en la conquista espacial, pero no es la única empresa interesada en explotar los recursos extraterrestres. También están en la pugna Blue Origin, propiedad de Jeff Bezos, el fundador de Amazon, y Planetary Resources, un grupo formado por los ejecutivos de Google, Larry Page y Eric Schmidt, el director de cine James Cameron, el magnate Richard Branson, propietario de Virgin, y otros accionistas del Silicon Valley. Además, otras empresas como Deep Space Industries, Orbital Science, Mars One, Bigelow Aerospace, etc., también están preparando sus proyectos. La carrera por la conquista del espacio en el siglo XXI ya ha comenzado y a no mucho tardar veremos los frutos de esta millonaria inversión en medios y tecnología.

Pero no solo en el ámbito aeroespacial lo veremos. SpaceX y algunas de estas marcas también se hallan inmersas en la conquista del transporte terrestre. Elon Musk sacó a relucir hace un lustro su proyecto denominado Hyperloop, al que se ha unido hace poco Richard Branson con Virgin, que pretende crear un medio de transporte nuevo con el que alcanzar algún día una velocidad supersónica que le permita ser con diferencia el medio de transporte en tierra más rápido del mundo. Ni barcos, ni aviones, ni trenes. Se trata de un proyecto de tren de alta velocidad en túneles, una especie de lanzadera capaz de rozar la velocidad del sonido a través de un tubo en vacío. Algo similar al metro convencional con la diferencia de que, en lugar de trenes, el desplazamiento se realiza en plataformas individuales eléctricas que recorren circuitos cerrados bajo tierra. Este sistema, con un coste que es un tercio de las redes actuales de alta velocidad, permitirá cruzar Estados Unidos en dos horas y con unos billetes que prometen ser más económicos que los del avión o los del AVE. El sistema ha evolucionado a partir de los trenes bala nipones, que ya superan los 600 kilómetros/ hora y combina energías renovables con magnetismo para su funcionamiento. Este ingenio promete convertirse en el transporte del futuro, pero, como ocurre con el espacio exterior, aún queda mucho camino por recorrer.

Según Musk, el Hyperloop podría traspasar los límites de la tierra y ser el transporte ideal para un planeta como Marte, si bien a muy largo plazo dado que actualmente la primera misión no tripulada de Space X al llamado planeta rojo está prevista para 2020.

Éxito de los primeros pasos
De momento, los primeros pasos ya se han dado. Hace unos meses, Musk anunciaba que el equipo de una universidad alemana había conseguido propulsar una de sus cápsulas a 324 kilómetros por hora, y ese récord acaba de ser superado en diciembre pasado por la empresa Virgin Hyperloop One, uno de los líderes en el desarrollo de este nuevo medio de transporte, que consiguió desplazar la cápsula a lo largo de un tubo de 500 metros alcanzando sin ningún problema un nuevo récord de 240 millas por hora (386 km/h). Esto supera ampliamente el récord anterior y pone esta tecnología al borde de conseguir los 400 km/h.

La prueba que superó este nuevo récord tuvo lugar en una pista que Virgin tiene en el desierto de Nevada, cerca de Las Vegas. Utilizaron una cápsula de unos ocho metros y medio en un tubo de medio kilómetro, donde un sistema de esclusas dejó el entorno casi sin aire. Entonces, gracias a la levitación magnética y a tener menos resistencia, la cápsula salió disparada alcanzando ese nuevo récord de velocidad en pocos segundos.

La idea no es nueva. El sueño de enviar un tren a través de un tubo donde se crea el vacío para reducir el rozamiento tiene ciento cincuenta años. El ferrocarril Londres-Croydon recorrió en 1845 doce kilómetros a una velocidad punta de 112 kilómetros por hora gracias a un sistema de motores que bombeaban el aire de delante del tren para crear un efecto de vacío.

La idea regresó en 1909 de la mano del pionero aeronáutico Robert Goddard y fue recuperada de nuevo, ya en pleno siglo XX, por la compañía Rand Corp., que en 1972 diseñó un tren supersónico conocido como el VacTrain.

El Hyperloop toma sus fundamentos de este último diseño, una idea que fascinó al magnate de la tecnología Elon Musk. Decepcionado por el sistema de tren de alta velocidad que se está construyendo en California, Musk hizo su ingeniosa propuesta de medio de transporte del futuro: el llamado Hyperloop Alpha, una cápsula que circularía dentro de un túnel a una velocidad nunca vista: 800 millas (1287 kilómetros/hora). La idea es conseguir mediante la levitación magnética velocidades superiores a los 1000 km/h y que permitan recorrer grandes distancias en un tiempo muy reducido. Este sistema necesita de una cápsula en la que irán los pasajeros o la mercancía y un sistema de tubos por el que desplazarse. Con el principio de funcionamiento de un motor eléctrico de inducción, este sistema conseguiría rozamientos prácticamente nulos evitando de esta forma una gran disipación de energía. En el interior del tubo encontraríamos una presión muy reducida que simularía la que encuentran los aviones en las alturas.

Participación española
Sin embargo, Musk, entretenido con sus punteras empresas –además de Tesla y Space X es dueño de Paypal, de una compañía solar y de una constructora de túneles: The Boring Company, empresa perforadora creada por Musk para la construcción de túneles subterráneos que alivien el tránsito en las grandes ciudades–, decidió publicar todo lo relativo al proyecto Hyperloop y abrirlo a otras empresas que quieran participar en su puesta en marcha.

Así, hasta cuatro consorcios compiten en la actualidad por ser los primeros en hacer realidad el sueño de Musk y, de paso, revolucionar el transporte para siempre. Como una carrera espacial en la tierra, equipos de ingenieros y universidades de todo el mundo tratan de resolver los grandes escollos que aún debe sortear esta nueva tecnología.

El Hyperloop se basa en la combinación de dos conceptos. Por un lado, la levitación magnética que ya utilizan trenes en Japón capaces de alcanzar 600 kilómetros por hora, y por otro lado, un túnel donde se crea el vacío. La levitación magnética elimina el rozamiento del tren contra la superficie, y el vacío elimina el rozamiento del aire contra el propio vehículo. Esto permitiría potencialmente alcanzar velocidades de hasta 1200 kilómetros por hora”, explica Vicent Dolz, profesor en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y asesor del Hyperloop UPV, el equipo universitario que ha desarrollado una lanzadera con esta tecnología.

Hyperloop UPV ganó un concurso para universidades lanzado por SpaceX, que pretende incentivar la investigación para la creación de cápsulas capaces de circular por tubos de vacío. “El gran problema es que el vacío es sólo parcial. Extraer todo el aire del tubo es prácticamente imposible, o precisaría tanta energía que haría el transporte inviable. Por ello, el poco aire que queda dentro del cilindro, a grandes velocidades, se convierte en una pared invisible que la lanzadera tiene que atravesar”.

Las soluciones que se investigan son compresores que cojan el aire de delante de la lanzadera y lo lleven a la parte trasera para ser impulsado por una turbina a gran velocidad, o comprimirlo y expulsarlo por debajo para crear un cochón de aire, como hacen los overcraft, y así facilitar la levitación de la capsula. Además, hay que resolver los problemas de seguridad, como añade el profesor: “Una emergencia en el interior del tubo sería similar a la de un avión. Al estar en vacío, la atmósfera no es respirable, no podemos bajarnos y caminar por el túnel. Y en el caso de que hubiera una rotura en el tubo y se produjera una entrada repentina de aire, la lanzadera chocaría contra una pared invisible a más de 1200 kilómetros por hora”, advierte Dolz.

Pese a que algunas compañías se han propuesto tener sus primeros sistemas Hyperloop comerciales listos en 2021, Vicente Dolz considera que, debido a los problemas de seguridad que entraña para las personas, no veremos este transporte funcionando de manera comercial hasta dentro de 50 años. Puede que mucho antes esté disponible para al transporte de mercancías.

Proyecto para Europa
De momento, Musk anunció en julio del año pasado que su proyecto de tren de alta velocidad Hyperloop recibió el acuerdo verbal del gobierno de los Estados Unidos para iniciar las obras de infraestructura que conecten en apenas 29 minutos Nueva York y Washington DC, separadas por 500 km de distancia. El viaje en tren entre ambas ciudades suele durar entre tres y cuatro horas, dependiendo de la línea. “Acabo de recibir el acuerdo verbal del gobierno para The Boring Company a fin de construir un Hyperloop subterráneo que recorra Nueva York, Filadelfia, Baltimore y Washington en 29 minutos”, dijo el multimillonario en su cuenta oficial en Twitter. Efectivamente, The Boring Company ha obtenido permiso para iniciar las primeras excavaciones oficiales de la primera línea de este medio de transporte. Se ha concedido permiso para excavar 16,5 kilómetros de la ruta estatal Baltimore-Washington.

Musk mencionó además la creación de una conexión a toda velocidad entre Los Ángeles y San Francisco, así como una ferrovía que uniría varias ciudades de Texas. La tecnología del Hyperloop podría dar el salto al viejo continente. En Europa se ha anunciado la participación de Hyperloop One en un estudio privado en el que se pretende examinar la viabilidad y rutas de la tecnología en Finlandia y Suecia. Las pruebas que se están realizando en Estados Unidos parecen ser tan solo la primera etapa de un proyecto que podría ofrecer una nueva alternativa de transporte rápido en Europa.

Es lo que plantea la empresa Hyperloop One, cuyos directivos se han reunido con dignatarios y reguladores de la Unión Europea para debatir el futuro de esta tecnología. En ese plan habría inicialmente nueve rutas que conectarían distintos puntos de la geografía europea, como la que uniría Edimburgo con Londres en 50 minutos, o una vía rápida de 629 kilómetros para viajar de Madrid a Tánger en 45 minutos, atravesando el Estrecho de Gibraltar bajo el agua.

Estas opciones conforman 2600 candidaturas que forman parte de la Hyperloop One Global Challenge, una iniciativa para llevar esta tecnología a diversas regiones de nuestro planeta. Según el anuncio oficial, estas rutas permitirían comunicar a más de 75 millones de personas en 44 ciudades con un recorrido de más de 5000 km.

Todo parece indicar que será la ciudad de Dubái quien haga debutar esta tecnología en el año 2020, empleando tan solo 12 minutos en llegar a Abu Dhabi.


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