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26 Julio 2024

Buldóceres Caterpillar y Allis Chalmers para derrotar al ejército nazi en Francia

Buldóceres Caterpillar y Allis Chalmers para derrotar al ejército nazi en FranciaDesembarco de Normandía.

Se ha celebrado en Europa el pasado 6 de junio el 80º aniversario de uno de los episodios más espeluznantes y a la vez más emotivo de la historia universal: el desembarco de Normandía. Ese día de 1944, conocido como Día D, a las 6:30 h, las playas de la localidad francesa de Normandía, que se asoman al Canal de La Mancha, se convirtieron en el escenario de una de las operaciones militares más ambiciosas y decisivas de la II Guerra Mundial: la operación Overlord, señalada como símbolo de la determinación de las naciones democráticas para luchar contra el totalitarismo que había llevado a la humanidad a la guerra total.

Tras derrotar a Hitler en África, Italia y Rusia no había más remedio que acabar de una vez por todas con el Tercer Reich, es decir, la Alemania nazi. Y había que hacerle frente en la Francia ocupada mediante un desembarco masivo operado desde Inglaterra. Liderado por los aliados occidentales, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, se desencadenó un asalto masivo contra las defensas alemanas en el norte de Francia para seguir después rumbo a París, lo que marcaría el comienzo del fin del dominio de Hitler en Europa.

Los preparativos para el desembarco de Normandía, que cambiaría el devenir de la II Guerra Mundial, incluyeron meticulosas planificaciones estratégicas, la acumulación de vastos recursos militares y la coordinación secreta entre múltiples naciones aliadas. Esta planificación y el secreto absoluto rodearon la preparación del desembarco, pues lo importante era engañar a los alemanes, por lo que bajo la dirección del general Eisenhower la inteligencia aliada se esforzó en hacer creer a los nazis que el ataque principal ocurriría en otro lugar, dado que los alemanes habían fortificado a conciencia la costa atlántica para defenderse de cualquier ataque. Había que desviar su atención a otro lugar del elegido, y éste fue el fortificado paso de Calais, cercano a sus bases. Para ello, los aliados crearon un ejército ficticio en Dover que comandó el general estadounidense Paon: tanques hinchables, lanchas de bombardeo falsas, aviones de madera, soldados de cartón...

Caterpillar y Allis Chalmers
Llegó el día marcado y los hombres recibieron la señal de ataque. El mayor desembarco de la historia estaba en marcha y los aliados situaron en tierra a 150000 hombres, abriendo una cabeza de puente para la crucial ofensiva contra el nazismo.

Pero la batalla del Día D no se libró solo en las playas normandas. Detrás de las fuerzas invasoras había otro desafío logístico de incalculable valor, una legión de ingenieros, carpinteros, soldadores, cocineros y enfermeras trabajaron para proporcionar combustible, comida, vehículos, máquinas y cuidados a los soldados en el campo de batalla. Mientras algunos ingenieros desarrollaban puertos móviles únicos, otros se esforzaban en la construcción de dos oleoductos que se instalarían en secreto en el fondo del Canal de la Mancha para abastecer a los tanques aliados.

Entre todo ese material logístico hemos traído a estas páginas para recordarlo varias fotos de una de las máquinas participantes, tanto en el desembarco como en la guerra y la postguerra: el dózer o buldócer, herramienta indispensable para establecer campamentos, auxiliar a las tropas y capitanear el avance de los aliados en los terrenos abruptos de las zonas en conflicto. Dos marcas capitalizaron el protagonismo con sus eficientes y afamados buldóceres: Caterpillar y Allis Chalmers.


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