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Actualidad

03 Junio 2019

La Bauma más grande jamás celebrada

primitivo fajardoDel 8 al 14 de abril, Bauma’2019 ha sido la feria más grande del mundo de la maquinaria, equipos y materiales para construcción y minería, transformando el recinto ferial de Múnich en un paraíso para los fanáticos de las obras, que han “reventado” en masa los pasillos de los pabellones y colapsado las calles en las zonas exteriores. Se oía hablar idiomas de otras partes del mundo y gente había de todas partes de Europa, de otros continentes y de todas las edades en todas los rincones del recinto ferial. Los visitantes se acumulaban principalmente en los lugares de mayor interés, como los equipos más espectaculares por su tamaño o diseño, o las pantallas gigantes utilizadas por los principales expositores, pero también en cualquier rincón que ofreciera una máquina curiosa, un equipo en movimiento o cualquier espectáculo. ¿Por qué Bauma es lo que es y tiene cada vez mayor tirón? Seguramente porque, además de su enfoque industrial, que es lo fundamental para los profesionales, ofrece experiencias diferentes, números propios y entretenimientos y diversiones para todos los visitantes, sean forofos o no de la maquinaria. Es una filosofía propia que llama a toda clase de público a visitar sus instalaciones, convertidas en un parque de atracciones tecnológico. De hecho, los que recorremos la feria de cabo a rabo y de pies a cabeza, nos asombramos de la cantidad de colegiales y grupos escolares que deambulan por todos los pabellones de la feria en los días lectivos. Si las familias completas invaden el recinto el fin de semana, los laborables reciben un ingente número de estudiantes que por interés propio, o colegiado por el magisterio de sus superiores, acuden a contemplar absortos tanta maravilla mecánica y tecnológica como ofrece esta gran feria.

En esta ocasión han podido disfrutar de un atractivo añadido: la palpable presencia de la electrificación de las máquinas y las soluciones digitales, una mega tendencia en la industria de la maquinaria de construcción. Hemos podido comprobar que los sensores, las interfaces de comunicación que recopilan y analizan datos y los controles remotos se han convertido en equipos estándar. En general, las máquinas y los equipos y vehículos, con la moda de la sostenibilidad, se están volviendo más limpios, silenciosos, eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Muchos de ellos equipan ya sistemas de accionamiento eléctricos e híbridos y han despertado el interés de los visitantes como nunca antes hasta ahora. Algunas de estas innovaciones, las más interesantes, fueron reconocidas con el Premio a la Innovación de Bauma, que se entregó oficialmente en un acto solemne la noche previa a la apertura de la feria.

De todo ello hablamos en este número dedicado en exclusiva a cuanto nuevo y bueno hemos visto y ha dado de sí tan magna convocatoria, que a razón de su tamaño ha sido mucho, lógicamente, e ilustro esta página con un salpicón de estadísticas curiosas recopiladas sobre esta edición de la muestra de maquinaria de nuestro sector más grande del mundo jamás celebrada hasta ahora.

Empezando por decir que el total de 614000 m² de espacio expositivo es un rompepiernas que ha hecho que Bauma’2019 sea incluso más grande que el pueblo más pequeño de Alemania, que se llama Arnis, en Schleswig-Holstein, y cuenta con una superficie de 450000 m². Sobre tan vasto terreno expositivo de la feria se han movido 620000 visitantes “provenientes de 200 países”. Eso dice la feria, pero exagera, no tanto en los visitantes porque la cifra es creíble, e incluso corta se me hace para lo reventado que estaba el recinto ferial, como en los países porque en el mundo hay 194, según la ONU. Si juntáramos a todos estos visitantes al tiempo saldría una densidad de población en la feria que ríase usted de Daca, Bombay o El Cairo. Desde luego, la afluencia de visitantes ha sido abrumadora y el día de mayor concentración, el sábado, se convirtió en un infierno sin ventanas para muchos, pues no había forma de moverse libremente o caminar sin tener una muralla humana delante y un ejército detrás empujando. El llamado Super Saturday reunió 21500 coches y 1000 autobuses en los aparcamientos, además de 250 camiones de empresas expositoras estacionados en el recinto ferial y las 500 caravanas sitas en el cercano Riem Riding Stadium.

Hablando de vehículos, durante la construcción y desmontaje de Bauma, unos 13000 camiones entraron y salieron del recinto ferial. Y como para responder a la demanda de tanto espacio la organización de Bauma alquila las zonas circundantes al recinto, se ha hecho necesario proveer unos 5500 metros de vallado adicional para cercar y tener controladas estas áreas.

Liebherr ha sido el expositor que más empleados llevó para trabajar en Bauma: 1500 personas. el grupo Wirtgen le sigue en el ránking con más de 800 trabajadores, mientras Doka ocupa el tercer lugar con 650 empleados presentes.

Respecto a curiosidades sobre expositores, el que requirió el mayor tiempo de montaje de su stand fue el fabricante alemán Liebherr, una vez más profeta en su tierra, que comenzó las obras el 30 de octubre de 2018. Tardó 160 días en construir el edificio de tres pisos que habría de albergar a los 1500 empleados que trabajaron durante la feria. Ha sido el expositor que más personal llevó a Bauma. Por su parte, el grupo Wirtgen le sigue en el ránking con más de 800 trabajadores, mientras que la firma Doka ocupa el tercer lugar con 650 empleados presentes en feria.

El podio del ránking de expositores con las áreas expositivas más grandes en esta edición ha sido ocupado por Liebherr, con 14401 m2, el grupo Wirtgen, con 12960 m2, y Caterpillar, con 11237 m2.

El área ocupada por la suma de los tres equivale a más de cinco campos de fútbol. Y para que las máquinas pesadas de Caterpillar pudieran entrar en el Hall B6 –junto con Putzmeister– se tuvo que reforzar con 108 soportes adicionales el techo de la bóveda del sótano para que el suelo pudiera resistir el peso de tantos equipos.

En cuanto a variedad y buen gusto en los diseños de los espacios expositivos de las marcas, así como la disposición de la maquinaria para su disfrute por parte de los visitantes, que es otro atractivo añadido a la feria, no hay más que ver las fotografías para apreciar sus bondades. Si todas estas construcciones levantadas por los expositores en las zonas exteriores se apilaran una encima de la otra, se conformaría un edificio de 480 pisos y una altura total de 1500 metros. Para ponerlo en perspectiva, el edificio más alto del mundo actualmente, el rascacielos Burj Khalifa de Dubái, alcanza los 828 metros.

El equipo más pesado de todos los exhibidos en la muestra ha sido la grúa sobre orugas LR1800 de Liebherr, que pesa 1070 toneladas, lo que equivale al peso de 25 aviones de tamaño medio. El desplazamiento de tal equipo requirió 42 transportes individuales. El segundo equipo en términos de peso propio ha sido la excavadora hidráulica gigante de Komatsu PC4000, que pesa 400 toneladas, del mismo tamaño que una casa unifamiliar. En la categoría de equipo más pequeño, la excavadora compacta eléctrica Bobcat E10e, de Doosan, ha sido el vencedor, siendo la primera miniexcavadora en la clase de una tonelada y solo 71 centímetros de ancho, con lo que puede pasar a través de la puerta estándar de una vivienda.

Con 179 productos, Wacker Neuson ha sido la que más equipos ha expuesto, casi todos los artículos de su programa. En la zona exterior, el fabricante regó el bulevar de máquinas y aparatos eléctricos y también instaló la atracción más llamativa de esta edición de Bauma: una noria enorme en la que los visitantes pudieron disfrutar de la vista de la feria desde una altura de 40 metros, principalmente del famoso sky line de Bauma, que ha estado formado este año por unas 40 grúas torre de las distintas marcas del mercado, que también pudieron ser observadas desde la Selfie tower, un mirador instalado a 22 metros en una esquina del recinto para que los visitantes pudieran hacerse fotos.

El último día de la feria, el domingo 14 de abril, Bauma se clausuró a las 16,15 h con una sonora pitada que inundó el recinto durante unos minutos. Fue el tradicional beeping de todas las máquinas expuestas atronando el recinto al unísono a modo de despedida. Es el “sonido de Bauma”, según la acertada calificación de la asociación alemana de fabricantes VDMA.

Con la pitada se despidió el monstruo hasta 2022, que volverá a concitar, del 4 al 10 de abril, a lo más granado del sector. En Múnich estaremos dentro de tres años, siempre y cuando la salud no se nos quiebre en el camino o los dirigentes del nuevo y delirante gobierno español no nos hundan otra vez en la ciénaga de la crisis con sus patochadas. Sería la puntilla.


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