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Actualidad

01 Abril 2024

El mayor peligro para la democracia

primitivo fajardoHemos asistido a un hecho insólito en nuestro país: que el Presidente del Gobierno represente una ópera bufa amagando con dimitir pero no lo haga. El payaso psicópata que maneja a capricho como un adolescente la España invertebrada es así. Ha montado un circo de llorica a lo pimpinella para hacer un ridículo espantoso y producir mayor hilaridad con su desvergüenza de Ken que finge lágrimas de cocodrilo para demostrar rabia por los ataques a la Barbie exploradora de la que dice estar “profundamente enamorado”.

Mentira. ¿Este miserias, que vendería a la Barbie y a su propia madre juntas por un voto, iba a dejar la mamandurria por amor? Qué risa. Como siempre, ha vuelto a intentar engañarnos. A los que se dejan, porque sabíamos que era otra burda tramoya para hacerse la víctima y desviar la atención de lo que le afecta gravemente –Pegasus, Marruecos, Sahara, Amnistía, Koldo, Tito Berni, Delcy, Globalia, Plus Ultra, Santo Domingo, mascarillas–. Sus plañideras y la brunete mediática lanar apostaban por su marcha porque sería tan ridículo no irse después de anunciarlo con su solemnidad de bufón peronista en una delirante Epístola a los Idiocios...

Mas al final, el romeo de pacotilla hizo de la farsa un asunto de Estado y, tras cinco días de ejercicios espirituales fingiendo deshojar la margarita... ni tembló la tierra ni parió un ratón. No hubo obituario político. Se lo pasó bomba burlando a sus trémulos monaguillos y montando una performance con su angustiada parroquia senil, que imploraba cilicio en mano la santificación autocrática del gurú majareta. En un acto de sublime onanismo, caminó como un mesías sobre las aguas para sacarse él mismo a hombros por la puerta grande de la cloaca gubernamental.

En su obsesión por pasar a la historia decidió quedarse porque el tarado cree que España no sobrevivirá sin él. Y él sin el Falcon presurizado, tampoco. ¿Pero, de dónde ha salido esta cochambre humana? Los españoles no somos así de tontolabas.

Tras la sandez, el neofranquito que ostenta la satrapía monclovita se puso a patalear porque la gente “mala” le afea las tribulaciones de la Barbie, objeto de investigación por tráfico de influencias. Pero es que está toda la familia del pájaro en modo cleptómano, metida en asuntos la mar de turbios: el hermano con un patrimonio inesperado difícil de justificar, el cuñado y los papis recibiendo subvenciones del Gobierno, y bajo sospecha el suegro por sus otrora saunas gays.

Ah, pero, como buen ególatra, está tan pagado de sí mismo que no desmiente ninguna acusación y las tacha de ataques a la democracia, cuya representación ostenta él mismo con su propio mecanismo. Echa balones fuera y tira a dar a todo el que se atreve a investigar la actividad profesional de su señora: jueces y periodistas independientes y políticos de la oposición, que cumplen con su deber de fiscalizar al Gobierno. Según su dislocado discernimiento de líder inmoral de secta, sacar a la luz lo que se sabe de sus tejemanejes no obedece al deber periodístico ni a la voluntad judicial de esclarecer acciones punibles, sino que responde a intereses espurios y a un contubernio fachosférico que busca revocar la voluntad de los ciudadanos que le han elegido en masa como caudillo libertador para trocar la sempiterna opresión fascista que sufre el pueblo por otra “democrática” de corte leninista.

Al confundir la democracia con él y plantear que hay que defenderla, amparado en la eterna superioridad moral de la izquierda, señala a los críticos y coloca el sambenito de antidemócratas a quienes no le hacen ojitos. El manipulador que acusa a sus adversarios de las infamias que él comete anuncia que con una ley antibulos va a “limpiar España del fango”. Y lo dice quien esparce el fango en cada exabrupto y ostenta la patente de ser el campeón del reino de la propagación de bulos, insultos, mentiras e infundios (apoyado por el CIS y los ministros lerdos).

PRESUME DE LEVANTAR UN «MURO» CONTRA LA DERECHA Y SE NUTRE DE LA CRISPACIÓN, COLOCANDO FUERA DE LA DEMOCRACIA A MÁS DE LA MITAD DEL PAÍS, PERO RECLAMA «EMPATÍA Y SENTIDO COMÚN PARA SACAR A ESPAÑA ADELANTE»

Ahora, su distorsionado colimador apunta a los medios de comunicación, a la independencia judicial, al Parlamento, al pluralismo político y hasta la Monarquía, víctimas de la puerilidad narcisista y el afán inquisidor de este capo mafioso que practica la vieja estrategia populista de la deshumanización del adversario para combatirlo como enemigo del Estado –del pueblo, en semántica bolivariana–.

Amparado en que la “mayoría social” le sigue y es el “puto amo” –en la pirotecnia verbal de ese eslabón perdido entre el australopiteco y Torrente con cerebro de nudibranquio que está al cargo de la cartera de Roznidos y Transportes–, se sitúa por encima de la libertad de prensa y de la actuación de la justicia para amordazarlos vía censura y control. Justifica que la razón política es suficiente para que un liberticida pueda suprimir los controles del estado democrático en favor de sus intereses personales. Para él, todos los poderes deben someterse a sus dislocados deseos. Destruir la democracia para salvar la democracia.

La osadía y el cinismo del farsante resentido son oceánicas. Presume de levantar un “muro” contra la derecha y se nutre de la crispación, colocando fuera de la democracia a más de la mitad del país, pero reclama “empatía y sentido común para sacar a España adelante”. Tan severa patología mental es un caso clínico de difícil diagnóstico, que se hunde en cotas abisales de la moderna psiquiatría hospitalaria.

Confiemos en que el destino le juegue una mala pasada y le acaben encerrando de por vida y tirando la llave a la fosa de las Marianas, antes de que nos lamine la libertad y el peculio y convierta en pavesas el maderamen de la España constitucional. Él es el mayor peligro para nuestra democracia.


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