Antes de entrar en materia quiero dar las gracias más encendidas a quienes nos han felicitado por alcanzar el número 100 de OP MACHINERY, hito logrado en la publicación de Agosto-Septiembre. Muchos han sido los lectores, suscriptores, anunciantes, proveedores, directivos de empresas y asociaciones, amigos, etc., que se han molestado en hacernos llegar su mensaje de apoyo en un momento tan importante para nosotros. Esas manifestaciones son un soplo de aire fresco que nos impulsa con mayor fuerza e ilusión, como ascienden las pavesas con el aire caliente de las brasas, a seguir hacia el futuro con más brío, si cabe, aunque éste no sea muy halagüeño que digamos, pues estamos viviendo un tramo de la historia sombrío y complejo, con traumas difíciles de digerir y superar, con el mundo patas arriba por las guerras que lo asolan y España boca abajo, maniatada y sodomizada por un payaso psicópata cuyo capricho es malbaratarla para que no le quiten el Falcon.

Sanchinflas, lejos de ser de esa pasta de la que deben estar hechos los líderes, es la estulticia progre elevada al cubo. Digno sucesor, por tanto, del indigno Bobo solemne, y también, en formato derechita cobarde, del vago Berberecho. Otros vendrán que bueno te harán. El Perito en nubes, ese ser miserable, descerebrado y de la peor calaña, nos parece ahora una monjita si lo comparamos con la escoria de su homólogo sucesor en el partido y en el gobierno, travestido de bola de demolición para cargarse toda la infraestructura sobre la que se fundamenta el Estado de Derecho. Armado de cizallas y martillos está desmenuzando el hormigón de la España constitucional, minando la separación de poderes, base de la democracia, y cercenando la supremacía de la ley sobre el poder político. Adiós igualdad y adiós libertad.

Todo por seguir uncido a la próvida ubre del Estado como una garrapata, chupando y coagulando la sangre de la nación, incapaz ésta de reaccionar ante la agresión del parásito que la oprime, saquea y desmantela. No creo en la justicia, que ha demostrado demasiadas veces su ceguera, parcialidad e inoperancia. Pero si hubiera un mínima rastro de su existencia, este individuo extraviado y carente de sentido, traidor y refractario a la moral, hecho de la madera que Gepeto empleó para crear ese muñeco de apéndice nasal telescópico, debería estar ya en la trena por todas las tropelías cometidas hasta ahora y, en previsión, por las que le quedan por perpetrar.

La última, resucitar al mierdecilla catalufo de la fregona en la cabeza, huído en maletero a Waterloo para que no le trincara la pasma por el golpe de estado del 17. Lo ha blanqueado como ha hecho con los independentistas y los terroristas y le va a conceder una amnistía que parte por la mitad nuestra convivencia porque sólo favorece a los enemigos del Estado, que le devolverán a él al poder perdido en las urnas pero a los demás nos darán por retambufa otra legislatura, pues las ratas separatistas son insaciables y a los indultos, la reforma del código penal al gusto de los sediciosos y la amnistía seguirán el butifarréndum, que les paguemos la deuda, la Seguridad Social, aeropuertos y trenes y las alambradas...

SI HUBIERA JUSTICIA, ESTE INDIVIDUO EXTRAVIADO Y CARENTE DE SENTIDO, TRAIDOR Y REFRACTARIO A LA MORAL, HECHO DE LA MADERA QUE GEPETO EMPLEÓ PARA SU MUÑECO DE APÉNDICE NASAL TELESCÓPICO, DEBERÍA ESTAR YA EN LA TRENA.

Lo que más me toca la moral es que este pinchalomos lerdo, faltón y macarra, me llame tonto como hace con su parroquia, esa grey apesebrada a las siglas que comulga con las ruedas de molino del tonto a las tres que da por buenas a la vez una cosa y su contraria. Y encima le aplauden. Claro, no es que sean ciegos o analfabetos –muchos, ciegos a voluntad, y otros, analfaburros funcionales, aún licenciados–, sino que son cómplices porque de él depende la gruesa nómina con que alimentar a la parienta y a la prole y cubrir los gastos del colegio, el bemeuve, la mucama, la farlopa y las vacaciones.

Esta es otra perversión de la política: todas las ratas del universo corren tras los sueldazos que se estilan en ese ámbito de poder, mafia y corrupción. Lo trincan tranquilamente a cambio de hozar en el estiércol de la obediencia ciega al pinocho de turno y al partido al que rinden pleitesía. Y el sistema democrático se resiente porque nadie opina, critica y vota en conciencia, en base a su moral, pensamiento y conocimiento, sino que es tributario en cuerpo y alma de la ideología de quien le paga.

De ahí que los mismos que berreaban ayer porque el pastor decía que la amnistía era una aberración inviable en el actual orden constitucional, berrean hoy porque la amnistía es por el bien de España, necesaria para la paz en Cataluña, lo mejor para la convivencia, un signo de progreso, ideal para el reencuentro entre hermanos, para el futuro de la nación y bla, bla, bla. Todo eso en lo que ni Sanchinflas ni su partido creían antes de necesitar al de la fregona para perpetuarse en el poder.

Ahora el argumentario oficial nos vende la amnistía del prófugo y la brunete mediática del dictadorcito despliega su pedagogía borrando de las molleras más flojas los delitos del supremacismo. Con tan ingrata situación vamos a tener que lidiar los próximos años. Por no cambiar una ley electoral nefasta que permite que una minoría independentista ejerza el chantaje vil tocándonos los pelendengues a la mayoría decente de los españoles.

Sanchinflas perdió las elecciones en julio, pero va a gobernar porque la burricie le llenó las urnas y con ello legitimó todas sus tropelías anteriores y le dio alas para aliarse de nuevo con la hez del género humano y proseguir la demolición. Con ello, lejos de tratar de erradicar la peste para una feliz singladura, el payaso psicópata ha estibado en la bodega del bajel a las ratas que han de devorar a pasajeros y tripulación. Por un puñado de votos.