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Actualidad

01 Enero 2018

La conquista del nº 50

primitivo fajardoCelebramos con discreto recogimiento y el ánimo henchido de emoción el comienzo de un nuevo año con la culminación del número 50 de OP MACHINERY (OPM), un número redondo que supone un hito que parecía imposible alcanzar cuando perpetramos esta publicación hace un lustro. Al iniciar esta aventura editorial llevábamos el cuerpo revuelto por la sorpresa y el estupor de ver finiquitada en segundo y medio, momento amargo en el aciago día, la cabecera precedente, EQUIPOS & OBRAS (EYO), en la que llevábamos sudan do tinta y sangre a partes iguales tres lustros. Después de atravesar el desierto forzoso e ine vitable de liquidar un pasado glorioso, decidimos dejar de llorar por la leche derramada y mirar al futuro preparando en escasos tres meses la salida apresurada al mercado de esta nueva revista.

Inmersos como estábamos en la trágica crisis económica, EYO fue fulminada del mapa editorial de manera artera, sorpresiva y arbitraria y a mí se me encogieron por igual el corazón y los cigotos. Así lo afirmaba un servidor en el primer editorial de OPM: «“Como la vida de las hojas que el viento esparce por el suelo, así es la vida de los hombres”, dijo el poeta. Tras asumir la rastrera puñalada del destino con el mirar absorto, el ademán contenido y la voz quebrada y monocorde –fue como una coz en los riñones que aún me muda la color cuando vira el tiempo–, las personas que llevábamos quince años haciendo dicha publicación, en la que tanto esfuerzo invertimos para situarla entre las más apreciadas por los lectores, decidimos recomponer la figura, restañar las heridas y seguir adelante sacando al mercado OPM para continuar la labor con nuevos bríos, mayor entrega a la causa y mucho que ofrecer a este sector industrial, tan imprescindible, dinámico y generador de riqueza para la sociedad como necesitado de actividad, de comprensión y de esperanza en el futuro».

Entre ambas cabeceras, que han sido nuestra ilusión, nuestro hogar y nuestra forma de vida, llevamos más de veinte años en el mundillo dando fe de tanta locura como ocurre en este sector de la maquinaria de obras públicas, construcción y minería.

Queremos dar las gracias a los lectores y anunciantes prometiéndoles que seguiremos esforzándonos para ofrecerles en estas páginas nuestra experiencia y «savoir faire» y seguir adelante con nuestro compromiso de servicio al sector y al lector.

Como todos los comienzos que en el mundo han sido, muy duro fue volver a empezar de cero, y más en las circunstancias de una situación económica tan horripilante como la que hemos atravesado estos años, pero ahora podemos decir que alcanzamos los objetivos principales previstos y, aunque nunca se puede cantar victoria, hemos clavado en la tierra editorial nuestra enseña imitando a los soldados del vigésimo octavo regimiento de la quinta división de los marines de los Estados Unidos cuando levantaron la bandera americana en la cima del monte Suribachi de la isla de Iwo Jima, en febrero de 1945, punto final de la batalla que tuvo lugar en aguas del océano Pacífico por el control de un enclave estratégico para los ejércitos de Japón y Estados Unidos. Iwo Jima se convirtió en uno de los enfrentamientos más sangrientos de la II Guerra Mundial, y este monumento, reflejo de la fotografía que para su autor, Joe Rosenthal, supuso el premio Pulitzer, está considerada como la instantánea de guerra más importante de la historia reciente.

Por tanto, aquí seguimos y celebramos lo que al comenzar parecía imposible y lo que hoy supone nuestro compromiso de continuidad, siempre con el superior permiso de la autoridad, si el mal tiempo no lo impide y si el papel aguanta el palizón digital, o sea con el permiso de los lectores y la complicidad de los anunciantes, que son los responsables últimos de que hayamos llegado hasta aquí al haber confiado en noso tros durante estos años. Esa confianza es lo más importante para nosotros y por ello queremos darles las gracias prometiéndoles que seguiremos esforzándonos –como hemos hecho desde el primer día– para ofrecerles en estas páginas nuestro conocimiento, experiencia y savoir faire, que dicen los gabachos. Juntos hemos forjado una historia de veinte años (en 1997 salió a la calle el primer número de EYO), lo que nos motiva aun más a seguir adelante con nuestro compromiso de servicio al sector y al lector. Seguiremos tratando de ofrecer todo lo que de bueno genere tan importante parcela industrial.

Este número es especial para los que hacemos la revista porque es el 50 y lo celebramos publicando algunos temas originales, junto a las últimas incidencias del sector. Nos hemos decantado por la historia y hablamos de una obra señera e importante que en nuestro país marcó una época: el Canal de Isabel II, que cambió la vida madrileña al inaugurarse a mediados del siglo XIX. En estas páginas hemos resumido el conjunto de tan compleja y gigantesca obra de infraestructura hidráulica y su proceso de construcción, cuya envergadura es faraónica y llevó muchos años levantar por completo, centrándonos en el aspecto histórico –y si me apuran literario– de lo que significó su puesta en marcha y su trascendencia para la provincia de Madrid y la propia capital del Reino.

Tratamos además la historia de una marca centenaria de maquinaria, O&K, porque resulta evidente por las fotografías que ilustran el trabajo del Canal de Isabel II que, cinco mil años después de que los egipcios levantaran sus pirámides a puro brazo y palanca, en occidente seguíamos usando la fuerza bruta de las bestias y el mismo ingenio para las grandes construcciones, contando al igual que los pueblos primitivos con la mano de obra, cuyo reclutamiento masivo fue posible gracias a que una buena parte eran reclusos forzados a trabajar en condiciones de precariedad.


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