Es fácil colegir que el título emula al de la obra teatral de Francis Veber La cena de los idiotas, una inteligente crítica a la sociedad actual centrada en un grupo de amigos que organiza cenas a las que cada uno invita a un supuesto idiota para reíse de él. La trama lleva al espectador a sopesar quién es más imbécil, si los invitados o los anfitriones.

Eso nos pasa en este país con los gobernantes que tenemos, que consideran a la población idiota perdida sin percatarse que los idiotas de verdad son ellos. Idiocia que no les anula el instinto cleptomaníaco ni la pulsión de convertir a sus partidos en organizaciones de saqueo, expolio, extorsión y nepotismo con el único objetivo de perpetuarse en el poder para trincar y derramar sobre los suyos la mandanga que les abonamos los idiotas con nuestros impuestos, cada día más confiscatorios (al paso que va la borrica y el hachazo fiscal en todos los frentes, la voracidad recaudatoria alcanzará altitudes estratosféricas, propias del Estado mafioso que han creado todos estos mastuerzos).

No hay más que ver a lo que dedica el tiempo libre el Gobierno –con la que está cayendo...– presidido por el idiota de turno, Sanchinflas, un individuo enajenado de sí mismo que vive en una realidad paralela y que en plena pandemia, con 130000 muertos por el coronavirus, aliado con los choris golpistas a los que va a indultar, que buscan demoler la nación balcanizando el terruño, con una economía destrozada, seis millones de parados y las colas del hambre, con la chapuza infecta de las vacunas y el pifostio de la invasión marroquí de Ceuta... va y nos arroja un discurso a lo zaratustra majareta iluminado por su visión de la vida más allá del tiempo y del espacio –al estilo Carlos Jesús de Raticulín– sobre el bonito futuro que nos espera a los españoles dentro de treinta años, cuando por fin seamos felices gracias a los mantras progres. Con su hueca solemnidad de payaso profesional y una tara neuronal de hechuras kafkianas nos ha leído la mano y el horóscopo llamándolo “prospectiva estratégica”. Ya es que te orinas lorito, que diría mi padre, de estar vivo. Es más tonto que alto, decía mi abuela de pájaros así.

¿Pero de qué planeta ha salido este lerdo tuercebotas? El máximo tontolaba del gobierno de los beocios se piensa que los ciudadanos somos más idiotas que él –a veces lo parece porque les votamos para que nos den por retambufa– y nos ilumina la vida con sus performances públicas chabacanas abusando de una prosopopeya hilarante y sórdida motejada de consignas de autoayuda, con un verbo ridículo que convierte el idioma en pavesas por su cansino lenguaje inclusivo, con unas sentencias de plexiglás recogidas ora del sobado refranero ora de los memes baratos del féisbuk, con esa oratoria atribulada y anestésica cargada de mentiras, de ensoñaciones infantiles y de trampas para osos, con un engolamiento pedante y cursi, tan insoportable para la decencia. Sobre su mal instinto y su pomposa vacuidad, su hueca artillería ideológica y su fullero sectarismo, este tío es un muermazo que aburre hasta a los cohombros del fondo abisal...

EL PRESIDENTE MÁS CORTOPLACISTA Y LIMITADO DE LUCES DE NUESTRA HISTORIA DEMOCRÁTICA, ESA LUMBRERA INCAPAZ DE PREDECIR EL CRECIMIENTO DE NUESTRA ECONOMÍA EN EL PRÓXIMO TRIMESTRE… VE CON NITIDEZ «RAPELIANA » LO QUE PASARÁ EN LA ESPAÑA DE 2050

Produce sonrojo un presidente tan insustancial, de conciencia tan laxa, tan sectario, cínico y revanchista. Tan equino. Ha hecho bueno al Berberecho de la Moncloa y superado en estulticia al Bobo solemne. Al igual que este, Sanchinflas es otro fabulador ególatra que huye hacia adelante manejando la política bajo el dictado de sus malhadadas ocurrencias, que luego se estrellan contra la cruda realidad que sufrimos los de siempre.

He propuesto muchas veces que ningún gobernante se vaya de rositas sin probar en carne propia sus demenciales recetas.

Pero a lo que voy. Entre otras sandeces, en su festín de propaganda futurista para impulsar sus propuestas basura, Sanchinflas busca disminuir el impacto medioambiental del transporte aéreo y anuncia su intención de prohibir los vuelos en trayectos que puedan hacerse en dos horas y media en tren. Dicho esto, coge y se va en helicóptero a promocionar las energías verdes en Toledo. O sea, festeja su proclama del fin de los vuelos cortos para los demás yéndose en un medio aéreo a 70 km de Madrid. Tócate la mandolina, capitán Corelli. Eso es predicar con el ejemplo.

Si ya la llamada Agenda 2030, de la que tanto presume volcando toneladas de propaganda y portando el símbolo en la solapa, es demencial para el futuro del país, el contenido del documento ese de la España 2050... es el acabose. Un compendio de ocurrencias propagandísticas del pensamiento mágico retroprogresista que es la nada de las ideas y un brindis al sol para ocupar los telediarios (esta vez sin pianista) despistando de su fracaso electoral en Madrid, del desastre diplomático con Marruecos y de los otros asuntos graves de la actualidad, para los que no tiene recetas ni intenciones, salvo sus trucos de torpe prestidigitador de mercadotecnia que expele deyecciones de laboratorio politológico ininteligibles para el sentido común.

Es decir, que el presidente más cortoplacista y limitado de luces de nuestra historia democrática, esa lumbrera incapaz de predecir ni el crecimiento de nuestra economía en el próximo trimestre... ¡ve con nitidez rapeliana lo que pasará en la España de 2050! Desde luego, una tomadura de pelo a los ciudadanos. Una más y otra de tantas. No hay nada tan peligroso ni de peores consecuencias que la ignorancia supina aliada con el narcisismo imperialista de los idiotas. Yo no lo veré, pero a los que queden para entonces en el erial que va a dejar este idiota sideral aliado con los sarcomas de la Constitución, que Dios les pille confesados.