Actualidad
Que un sencillo encuentro anual organizado para celebrar una asamblea general, aunque sea de un clúster potente como el que agrupa a los principales fabricantes españoles de maquinaria, componentes y equipos auxiliares, se convierta en un polo magnético tan fuerte que aglutine a todo lo mollar del sector y su periferia en una sola mañana... eso tiene mucho mérito. Tal capacidad de convocatoria para atraer a tanta gente desde cualquier parte a Zaragoza –que no es precisamente el centro peninsular– no está al alcance de cualquiera e indica que la asociación Anmopyc goza de una influencia muy superior a la ya elevada que le calculábamos. Tampoco ha de extrañar porque esto se viene repitiendo desde hace tiempo y se ha convertido en tradición tras unas cuantas ediciones luciendo palmito en la ardiente fecha del 4 de julio.
Por tanto, la asamblea general de la Asociación Española de Fabricantes de Maquinaria para Construcción, Obras Públicas y Minería, que en esta ocasión celebró el ordinal 44º desde su fundación en 1982, ha alcanzado el grado más elevado en la hipotética escala de las congregaciones de almas notables: unos doscientos profesionales, grosso modo, reunió Anmopyc en esta importante cita 2024, desarrollada en el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA).
Los directivos de Anmopyc montaron en torno a su asamblea un insuperable tinglado y nadie quiso perdérselo, pero no por la asamblea en sí, que es cosa interna de la junta directiva y sus asociados, sino por la importancia del grueso caldo que en el seno de su convocatoria se cocía, que no se limitaba sólo a la propia reunión asamblearia y se extendió tras el cierre de ésta a una jornada de debate de muy sólido empaque: una doble sesión técnica y económica llevadas a cabo en paralelo en la que líderes competentes y consolidados en la gestión de lo suyo, algunos de los cuales son viejos conocidos de asambleas anteriores, como Chris Sleight o Ricardo Santamaría, se lanzaron a disertar como si no hubiera un mañana sobre los problemas más acuciantes del momento y los desafíos del futuro a corto plazo, temas candentes que están fustigando como látigo de siete colas a nuestras empresas. Este año ha tocado un enfant terrible: la espeluznante IA, tan temida por unos como amada por otros. Y, de propina, la acuciante falta de personal y otros temas generales no menos conflictivos: la digitalización, la descarbonización, la nueva normativa que entra en vigor, etc. Estos fueron los títulos palpitantes a debate: en el foro técnico: “El reto de la descarbonización para la empresa, ¿por dónde empiezo?”; y “Retos y oportunidades del sector”, en el foro económico.
ANMOPYC MONTÓ EN TORNO A SU ASAMBLEA TAN INSUPERABLE TINGLADO QUE NADIE QUISO PERDÉRSELO, PERO NO POR LA ASAMBLEA SINO POR LA IMPORTANCIA DEL GRUESO CALDO QUE EN EL SENO DE SU CONVOCATORIA SE COCÍA.
Éste se completó con una mesa redonda coordinada por el gerente de Anmopyc, Jorge Cuartero, para tratar nada menos de “Cómo atraer talento a nuestro sector”. En tan interesante debate intervinieron Antonio García Rivero, presidente de Fenaex y Aexca; Valero Serentill, director de Ritchie Bros. Ibérica; Stoian Markov, CEO de Hidromek West y presidente de Smopyc; y José Antonio Nieto Álvarez, CEO de Putzmeister y presidente de CECE.
Al concluir ambos foros y la mesa redonda, participantes y ponentes se juntaron en el auditorio para asistir expectantes a la madre de todas las conferencias: “El impulso de la IA en la productividad empresarial: Asistentes Inteligentes que potencian tu eficiencia”, dictada al alimón por los ingenieros informáticos Félix Gil, CEO de Integra Tecnología, y Gabriel García Rubio, director de innovación de la misma. No es necesario mencionar la apoteosis del público ante este descubrimiento de manos de ambos especialistas en IA, que no vamos a resumir aquí por falta de espacio y para que nadie se lo pierda en una próxima ocasión. Muchos de los presentes ya tenían conocimientos, artimañas y archiperres para manejar con soltura esta herramienta “infernal” –así me lo confesaron algunos–, pero otros, que apenas contaban con referencias lejanas, descubrieron un mundo nuevo y feliz. Que la IA nos está empezando a cambiar la vida, pocos lo dudan, otro asunto a valorar es si para bien o para mal. En todo caso, es un gigante al que hemos de enfrentarnos, bien con una triste honda o a cañonazos, pero del que nadie va a escaparse porque, como dicen los cursis y los levemente estreñidos, ha venido para quedarse.
El final de fiesta de Anmopyc tuvo un momento emotivo bien álgido con el aplauso de varios minutos que la parroquia dedicó a parte de la junta directiva que se apeaba del cargo: Jordi Perramón Ferrán, director de Ausa Madrid y presidente de Anmopyc los últimos siete años, y los vocales Rafael Simón, de Cintasa; Irene Carmen Lequerica, de Dicsa; y Ángel Sola Corral, de Tendo. Han dejado su responsabilidad en la asociación por motivos ligados a su edad, unos, y otros porque les correspondía. Jorge Cuartero y su notable equipo, que una vez más han logrado la cuadratura del círculo, les procuraron un homenaje a medida de su relevancia durante estos años de dedicación a la asociación por la vía de hacerla grande con su trabajo en beneficio de todos.
Por su digna labor recibieron esa prolongada y merecida ovación de los asistentes, lo que además vino a demostar la fusión cuasi familiar que impera en este sector, cuyos miembros, como esclavos nubios en el Nilo de los faraones, reman con denodado esfuerzo en la misma dirección sorteando las contracorrientes y los numerosos escollos a los que se enfrentan las empresas en cada singladura.
Asiendo el timón, dando la cara y dando buena cuenta de su labor cada año en la asamblea, está la asociación Anmopyc, rumbo a la excelencia.