Hubiera querido felicitar 2024 a nuestros fervorosos lectores, pero mirando el panorama, mejor lo dejo para más adelante. Hacerlo hoy sería como prevaricar con el deseo. Es imposible tener un año, un mes, un día, una hora siquiera, de calma chicha informativa, muermo social, silencio político o tranquilidad institucional. Con esta mafia gubernamental de disminuidos –ahora “discapacitados”, palabreja que les define mejor–, es imposible respirar porque están en todas partes para tocarnos a todas horas los pelendengues a los sufridos contribuyentes, que tenemos la coronilla ahíta de tanta estulticia y de que nos traten de engañar, mentir, saquear y confundir con idiotas extremos como su jefe el payaso psicópata del Falcon. No es insulto sino diagnóstico: “Los imbéciles hacen miserable la vida de los que les rodean. Imponen su criterio, consideran las opiniones ajenas una nimiedad y son poco tolerantes con cualquier actitud o pensamiento que no encaje con el suyo”, según acuñación de la doctora Martina M. Cartwright en la revista Psychology Today (Febrero de 2015).

Será difícil que tengamos un ejercicio tranquilo, incluso en nuestro sector y a pesar de la trayectoria ascendente de las cifras cosechadas en 2023 en las ventas de maquinaria, mientras tengamos un Gobierno de gilís mierdecillas más preocupados por mantenerse en el poder a toda costa que por el bienestar ciudadano.

La discapacidad gubernamental que anuncio en el titular viene a cuento de haber observado en algunos foros una queja manifiesta: que la maquinaria de construcción supera con mucho los años que sería razonable que estuviera operativa. Según la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), su edad media alcanza los 18,5 años. Lo suyo sería sustituirlas por equipos nuevos y para ello se está pidiendo reiteradamente desde el sector un Plan Renove para afrontar el reto, pero con este Gobierno no hay manera y muchas empresas tendrán que seguir trabajando con esas obsoletas y contaminantes máquinas porque no contarán con fondos públicos ni incentivos fiscales para su sustitución por otras más modernas y eficientes.

A este Gobierno de mandrias, a los que se les cae la baba cacareando el calentamiento global, el cambio climático, la transformación energética, el fin del mundo y otras zarandajas, que hasta nos obligan a limpiar el aire cargándose los coches de combustión para darle el negocio a los eléctricos, asequibles sólo para ricos y faltos de infraestructuras de recarga, que dilapidan ingentes masas de presupuesto en chiringuitos ideológicos y otras estulticias esculpidas en las tablas de la ley del progresismo regresista que nos lleva de nuevo a las cavernas, pues resulta que no van a ayudar a nuestro sector a mejorar su camino a la descarbonización que ellos mismos exigen porque no hay ayudas previstas ni disponibles para renovar la maquinaria. Esto le ha respondido este mes de enero el Secretario de Estado de Medio Ambiente al presidente de la patronal CNC, informándole de la negativa del Gobierno a destinar parte de las ayudas recibidas por España desde Bruselas para poner en marcha el Plan Renove de maquinaria de construcción que Ie reclamó por carta la CNC en noviembre de 2022. Al parecer, esa petición de ayudas en el marco de los Fondos de Recuperación, Transformación y Resiliencia, “debido al escaso tiempo que se tenía para gestionar la petición, y pese a los esfuerzos realizados, no ha sido posible incluir la puesta en marcha de esta línea de ayudas”. O sea, no han sido ni capaces de pedirlo y se han perdido. Lo que digo, discapacidad e idiocia a partes proindivisas.

HE OBSERVADO EN LOS ÚLTIMOS FOROS UNA QUEJA MANIFIESTA: QUE LA MAQUINARIA DE CONSTRUCCIÓN SUPERA CON MUCHO LOS AÑOS QUE SERÍA RAZONABLE QUE ESTUVIERA OPERATIVA, PERO EL GOBIERNO NO PIENSA DESTINAR UN EURO AL CAMBIO.

La CNC razonó su petición en que “un pequeño esfuerzo inversor supondría una transformación radical del sector a nivel de innovación tecnológica, económica y medioambiental, tal y como está sucediendo en otros sectores”. La construcción considera que la renovación de la maquinaria no admite más demora teniendo en cuenta que la de más de diez años de antigüedad supone el 79,1% del total del parque, y que el grueso principal de máquinas con una edad media de entre 15 y 25 años abarca equipos fundamentales como tractores, excavadoras, cargadoras, retrocargadoras, dúmperes, compactadores, fresadoras y hormigoneras sobre camión. La patronal CNC defiende que el Plan Renove sería un estímulo para la transformación verde y digital en la que la construcción está inmersa –por la que deberían pasar siete de cada diez euros de los fondos europeos que España va a recibir hasta 2026–. Ello reforzaría la acción de las constructoras por reducir su huella de carbono y avanzar hacia la economía circular.

La CNC alerta de que un 24,1% del parque actual, dada su antigüedad, causa el 96,7% de las emisiones de NOx y el 190,5% de partículas del total del parque de maquinaria de construcción. El Plan Renove multiplicaría el uso de máquinas nuevas equipadas con motores de la Fase V de emisiones, que emiten hasta un 92% menos de NOx y un 95% menos de partículas que las máquinas con más de diez años.

Pero eso no le importa al del Falcon. Lo fetén es que los ayatolás cuqui-chuli-guays de lo políticamente correcto, que nos gobiernan con un hatajo de comunistas, delincuentes y terroristas a golpe de decreto-ley y toque de corneta orwelliana, dispongan de presupuesto para cumplir sus delirantes deseos populistas de deconstrucción social. Que no haya límites a impregnarlo todo de su hez ideológica, a destrozarlo todo con su filosofía cursi y woke y a llevarnos a todos al despeñadero con su catecismo de la Agenda 2030. “Qué melonar, qué melonar”, clamaría don Miguel de Unamuno.