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Actualidad

10 Enero 2019

La solidaridad de la marca BKT

primitivo fajardoDe la mano de la firma indostánica Balkrish na Industries Ltd. (BKT), uno de los principales fabricantes mundiales del sector de los neumáticos extraviales, he viajado a la India este mes de enero, a su fábrica de Bhuj y a Bombay (o Mumbai), donde tiene su sede central, para empaparme de su filosofía de vida industrial. Y he visto cosas impresionantes y admirables que no me resisto a contar, empezando por decir que la empresa tiene poco más de treinta años de historia pero sus raíces se remontan a los albores de la independencia del país, después de que Gandhi, con su resistencia pacífica, sin guerras ni revoluciones, pusiera fin a la época colonial británica en 1947. Algo después, un joven empresario que desarrollaba su actividad en el sector textil, Mahabirprasad Poddar, decidió poner en marcha en 1954 una línea de fabricación de cubiertas para bicicletas. La audaz iniciativa fraguó con el tiempo y la dedicación de sus descendientes, Arvind Poddar, actual presidente y director general, y el hijo de este, Rajiv, director general adjunto, en el grupo industrial BKT, que desde 1987 a hoy ha crecido hasta tener cinco plantas industriales, todas en India –camino va de la sexta, pero será en EE.UU.–, y su oferta es de las más amplias del mercado, con una gama de 2400 productos exportados a 160 países. Cuenta nada menos que con 7000 trabajadores en India, Europa y América del Norte.

La filosofía de BKT a la que me refiero se basa en no olvidar nunca sus profundas raíces indias y, a pesar de haberse convertido en un grupo internacional, adoptar voluntariamente el principio de la devolución, es decir el compromiso de devolver a su país lo recibido compartiendo los resultados logrados para contribuir a un futuro mejor para todos. Esta filosofía, marcada a fuego en sus dirigentes, lleva implícito el respeto al cliente y al ambiente estableciendo procesos productivos en sus fábricas con un elevado estándar de calidad y el mínimo impacto medioambiental, invirtiendo al tiempo en la comunidad laboral propia, en la sociedad civil del entorno en que se desenvuelve su actividad y entregada finalmente a apoyar acciones de carácter humanitario, algo fundamental en una nación tan grande, superpoblada y con tantas necesidades por cubrir como la India. Esto es algo palpable que he comprobado en este viaje exclusivo que me ha permitido conocer una marca pionera en su sector y a unos empresarios como los Poddar concienciados de los problemas que sufre su gente y alentados por la firme voluntad de ser parte activa en la contribución a mejorar sus condiciones de vida.

Este viaje exclusivo me ha permitido conocer bien una marca pionera y a unos empresarios como los Poddar concienciados de los problemas que sufre su gente y alentados por la firme voluntad de mejorar las condiciones de vida en la India.

En esta lucha imposible –es como querer tapar el sol con el pulgar o vaciar el mar con un cubo de playa–, BKT aporta su granito de arena cuidando los valores humanos sobre los que se debe sustentar cualquier actividad. Sus propietarios dedican grandes sumas de sus beneficios a mejorar las condiciones de vida de sus conciudadanos, lo que es admirable y dice mucho de su valor personal, que puede resumirse perfectamente en el lema de la Fundación BKT: We care (Nos importa), a través de la cual promueven diferentes iniciativas sociales, desde el suministro de instrumental quirúrgico y sanitario a hospitales, a la financiación de la enseñanza gratuita para niñas o la formación universitaria de estudiantes indios en todo el país, pasando por el apoyo a importantes programas de alimentación y educación gratuita de niños y adolescentes sin recursos en 10000 escuelas, llegando a ayudar a un millón y medio de criaturas que viven en condiciones de pobreza y desnutrición. Como ejemplo directo, en el entorno de la fábrica de Bhuj se acaba de inaugurar oficialmente, este mes de enero, la nueva cocina comunitaria de BKT, que proporcionará 50000 comidas diarias a los niños que viven en los alrededores y asisten a clase en las escuelas locales.

Esta es la verdadera declaración de responsabilidad social corporativa. BKT es un grupo empresarial conducido por una familia que aplica al negocio los principios de la familia, una organización en la que cada paso se toma cuidando valores como el espíritu emprendedor, la lealtad a los principios y a las personas, la determinación para enfrentar situaciones difíciles, el respeto a los competidores, la generosidad con los desfavorecidos y el cuidado del medioambiente. Y siempre contemplando su país, su cultura, sus creencias y sus tradiciones.

Por eso pienso que cobra un valor admirable la filosofía de BKT, resumida en las tres “p”: people, profit, planet (personas, beneficio, planeta), que no es otra cosa que el símbolo de la entrega incondicional a una actividad, como la fabricación de neumáticos, y a una sociedad, como la india, de profundas raíces místicas y cada vez más moderna, dinámica y sólida. Los cielos del brahmanismo están llenos de amor, y una de las encarnaciones de la divinidad, Krishna, advocación del amor que llena la vida de los dioses y de los hombres, va en el sustantivo y la vocación de servicio de Balkrishna Industries Ltd., BKT.

En las declaraciones del presidente Arvind Poddar me impresionó el contundente testimonio de su empatía con el sufrimiento ajeno y el respeto por los débiles. Abandoné la India con una leve inclinación y uniendo las palmas a la altura del rostro en señal de saludo a esta gran nación y de agradecimiento a los directivos de BKT por su generosidad para con los más desfavorecidos. Me vine feliz y me traje una frase de Poddar entresacada de su salmodia de estrofas cantadas, en cuya lírica solemne se invocaba la luz y la verdad: “Mirar hacia adelante es nuestro objetivo. Una sociedad que no sabe mirar con coraje hacia su propio futuro es como una persona incapaz de soñar”.


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