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Actualidad

01 Marzo 2022

Nuestro mayor infortunio

primitivo fajardoQué envidia da ver a esos presidentes con carácter, competentes, sólidos y hasta de fiar, de ciertos países europeos que se toman en serio los problemas de su gente y no miran otra cosa que el bien común de los administrados que les han confiado la misión de liderarlos. No como ese payaso inculto, tozudo y autocrático que le ha caído encima a España como una plaga de Egipto que arrasa cuanto toca a su paso y en infierno convierte nuestras vidas, estremecidas por una crisis previa, la pandemia, el desastre económico y, ahora, la guerra de Ucrania. La tormenta perfecta en el momento oportuno con el peor presidente para mayor infortunio.

Sanchinflas, ese semoviente anegado de pedantería, mentiras y hialurónico, se ha ganado a pulso el título de peor presidente de la democracia y de la historia de España. Llegó al poder porque se merecía el premio de gobernar una guardería en tiempos felices, pero no contaba con afrontar un cataclismo. Nadie está preparado para eso, pero al menos hay que intentarlo y él ha demostrado una incapacidad absoluta. El cargo le viene como un traje de polichinela. Pero lo peor no es que sea un irresponsable y un incompetente, o que tenga un carácter atrabiliario, pérfido, déspota y psicópata, lo que delata su cara dura de acomplejado. Nadie es perfecto, que diría Billy Wilder. Es que, para mayor recochineo, se ha rodeado de una banda de ministros y asesores sin prestigio ni inteligencia, fósiles elegidos a propósito por su nulidad para que no le hagan sombra, peores que él y con el mismo colmillo retorcido. Unos lerdos de tomo y lomo, que el más espabilado roza la oligofrenia.

VAMOS A PAGAR UN ALTÍSIMO PRECIO POR LA DEFENSA DE LA PAZ Y LA LIBERTAD PORQUE LA PATADA DE LAS SANCIONES DEL MUNDO OCCIDENTAL A LA ECONOMÍA RUSA SE LAS ESTÁN DANDO EN NUESTRA RETAMBUFA.

Estos mercachifles son unos ignorantes que ni hacer la “o” con un canuto saben. Ni lo intentan porque son perezosos y la mayoría se ha pasado lustros echando tripa en un despachito o en un escaño –la oposición lo mismo–, disfrutando de los privilegios de su oligarquía y encajando un sueldo de escándalo. No saben lo que es madrugar, cumplir horarios, sacar adelante un trabajo; menos aún gestionar una empresa y pagar nóminas. Nunca han doblado el espinazo y no son responsables de nada. El vacío absoluto ocupa la mollera de estos burdéganos cuando se presenta un esguince que altera su agenda de trapicheos y fantasías ideológicas. Y, al final, el pato de su manifiesta impericia lo pagamos todos.

Sanchinflas es un mentecato dando bandazos y no acierta ni cuando rectifica. No tiene principios ni criterio ni conocimiento, sino frases huecas, fonemas rimbombantes y una diabólica retórica propagandista que culpa de sus miserias a los demás y no dice una verdad ni con pentotal sódico en vena. Solo busca salvar su bullarengue. Cada día que este pájaro vuela en el Falcon se hunde más en el guano la economía, cuyo horizonte es tenebroso, malbaratando el crédito de España en el mundo, donde gozamos ya de una irrelevancia a la altura del personaje que nos representa, que es de vergüenza ajena. Algo que se ha podido comprobar en la cumbre europea, donde le apodaban Don Quijote tras observarle vagando solo, como ido, como de prestado, como apestado; el último de la fila en la foto, ridículo, fracasado, falto de valor, dignidad y honor.

Haga lo que haga, siempre crea problemas. Véase el cambio en la enseñanza para embrutecer a la clase humilde o la cesión del Sáhara que ha perpetrado sin contar con nadie para que el sátrapa de Marruecos le deje con los gayumbos en los tobillos, que ha puesto en jaque a Ceuta y Melilla y en riesgo el gas que nos llega de Argelia. ¿Cómo podemos permitir que una calamidad así, que debería estar en la trena por la gestión y los muertos de la pandemia, gobierne este país?

Si ya estábamos mal en la pandemia con la política económica de este mamerto, que nos está robando vía impositiva lo que no está escrito, ahora con la guerra de Vladimiro echando chispas al grisú, ya tiene culpable al que acusar. Vamos a pagar un altísimo precio por la defensa de la paz y la libertad porque las patadas de las sanciones del mundo occidental a la economía rusa se las están dando en nuestra retambufa. Nos empobrecemos con la rapidez de la marcha legionaria. Si arrastrábamos desde antes del verano la crisis energética, ahora, además de dispararse a las nubes su precio, con las tarifas de la luz y el gas transitando desbocadas fuera de la órbita terrestre, corremos el peligro de quedarnos sin suministro. Como puntilla, el sector primario y el transporte han sacado las garras con razón al no poder asumir el disparate de los carburantes porque la alta carestía de la producción supera su rentabilidad y así no se puede sobrevivir.

Ha subido el coste de la vida, el IPC al 10% en marzo, las empresas se van al ERTE o cierran, el empleo se pierde, las protestas aumentan y la inflación se nos merienda la nómina.

Pero, mientras la Roma patria arde, el Neroncito funambulista de este Gobierno de delincuentes no asume ni un error y toca la lira entre las llamas como si fuera ignífugo. Es incapaz de cercenar sus dispendios con el gasto público ni tomar medidas de gracia con los impuestos porque está llenando las arcas y utilizando el presupuesto para pagar el frankenstein y sus mamarrachadas ideológicas, sus ministeritos feminazis y ecoprogres, la manipulación de sus áspides mediáticos y el marisco sindical. Y para promocionarse política y personalmente con docuseries de autobombo y sesiones de maquillaje. Todos jodidos, ellos contentos. Y se ríen.

La vida real boga lejos de los delirios de Sanchinflas, que habita el metaverso. Pero tranquilos, nada malo puede pasar por tener encima una catástrofe y al frente del país a una banda de trileros. La suerte es que, al menos, no gobiernan los fachas.


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