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Ramón Ruberte Auré | Presidente de ANEFA.
El pasado 2018, el crecimiento del sector se ha comportado de forma positiva, con un crecimiento del 6,5% que nos ha situado por encima de los 120 millones de toneladas, pero, nuevamente, hemos vivido una cierta desaceleración del consumo de áridos a finales del ejercicio.
La concatenación con las elecciones autonómicas, con las municipales y con la europeas y las previsibles dificultades para alcanzar, en muchos casos, acuerdos de gobierno, harán que la licitación pública sufra un parón de varios meses y que la ejecución de las obras públicas se ralentice aún más. Además, el constante incremento del gasto social, como está sucediendo en los últimos años, irá en detrimento de las inversiones productivas y, particularmente, de las relacionadas con las infraestructuras, sacrificadas para compensar las desviaciones al alza de la deuda pública.
Este año 2019 está confirmando un carácter impredecible en cuanto a la evolución del consumo de áridos, principalmente por la inestabilidad política, que ha llevado a la convocatoria de elecciones generales anticipadas ante la imposibilidad del Gobierno de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado.
Afortunadamente, los indicadores relacionados con la edificación residencial (visados, viviendas iniciadas, precio, acceso a la financiación, etc.) y la edificación no residencial (industrial, logística, usos terciarios, etc.) se siguen comportando positivamente, aunque disminuyendo su crecimiento y encontrándonos con muchas desigualdades territoriales. Este tipo de iniciativas, impulsadas mayoritariamente por la iniciativa privada, son las que están paliando, en buena medida, el déficit de obra civil.
En este contexto, los empresarios hemos de afrontar con cautela 2019, valorando adecuadamente los riesgos, adoptando medidas preventivas y dimensionando nuestra actividad a las necesidades rea les y, siempre, potenciando al máximo el valor añadido que nuestros productos aportan a la sociedad.
Las capacidades productivas de las empresas siguen limitadas, con necesidad de crecer en productividad y eficiencia, mientras que las exigencias para el sector siguen aumentando. Cada vez es más clara la necesidad de que la fase de expansión de la demanda de áridos se consolide para que las empresas podamos adoptar las decisiones de inversión que nuestra actividad necesita.
Ya centrándome en Anefa, en nuestra pasada Asamblea General, en el marco del V Congreso Nacional de Áridos, pudimos exponer el ingente trabajo que desa rrollamos a todos los niveles, mostrando cómo hemos sentado las bases para adaptar la organización a las necesidades de las empresas, siempre desde la prudencia presupuestaria, cumpliendo con lo programado para este mandato. Así, hemos podido crear un nuevo departamento para la coordinación jurídica y los asuntos económicos, que nos permitirá profundizar en estos dos asuntos tan críticos. Seguimos impulsando nuestro Plan de Crecimiento, que está dando sus frutos, pero es imprescindible el compromiso de todos los empresarios de Anefa. Siendo más y más fuertes, hemos sido capaces de lograr nuevos avances en la defensa del sector de los áridos ante todas las instancias con una gran acción de representación, muy positiva y productiva, ante las Administraciones Autonómicas y Locales a través de las AFAs y de las asociaciones miembro. Al mismo tiempo, nuestra red de organizaciones, constituida esencialmente por la Federación de Áridos, Cominroc, Cepco, UEPG y la CEOE, nos permite elevar el listón de la eficacia y proyección del trabajo realizado.
Así, desde Anefa, hemos sido capaces de liderar acciones, a través de la Federación de Áridos y de Cominroc, para hacer frente a graves amenazas para nuestras empresas, como son: la siempre compleja tramitación administrativa, que dificulta enormemente el acceso a los recursos, la creciente dinámica populista contra la aprobación de permisos de explotación –o contra la propia viabilidad de las explotaciones ya existentes–, la revisión de la normativa de restauración y de residuos que se están acometiendo por ciertas Administraciones, la trasposición de la legislación europea sobre Sílice Cristalina Respirable, las incesantes nuevas iniciativas sobre impuestos, y un largo etcétera, al que solo nos podemos enfrentar con éxito si todos trabajamos unidos y de forma coordinada. También una parte muy importante de nuestro trabajo es proactivo, anticipándonos a los problemas y mostrando el camino más adecuado a los empresarios para situar al sector ante las oportunidades de las que vamos disponiendo, como es la economía circular, la revisión de la red Natura 2000, el cambio de modelo de rehabilitación o la ejecución de nuevos proyectos técnicos y de investigación, entre otras.
Por supuesto, no debemos olvidar las acciones acometidas en relación con el acceso sostenible a los recursos mineros locales, la lucha permanente contra la competencia desleal, la mejora continua de la calidad de nuestros productos y servicios, la excelencia en seguridad y salud, la creciente compatibilidad de nuestra actividad con el medio ambiente, la firma de acuerdos a favor de la biodiversidad con ONGs prestigiosas, la inversión permanente en formación de nuestros trabajadores, la profesionalización del sector, así como la mejora de la percepción pública de que la extracción de áridos es beneficiosa para la sociedad.
Todos esos aspectos están considerados en nuestro Plan Estratégico 2012-2025 del Sector de los Áridos, que está alineado con las tendencias mundiales de futuro del sector, que revisaremos este 2019 para que siga siendo un elemento de referencia de vanguardia.